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Llegar a Marte, un viaje peligroso

   

JUANJO MARTÍN | SANTA CRUZ DE TENERIFE

¿Por qué aun el ser humano no ha llegado a Marte? La respuesta corta sería porque está muy lejos. La respuesta larga es la siguiente: Mientras en la década de los 60 y 70 los norteamericanos llegaban a la Luna y dejaban clara su supremacía tecnológica, el mundo vivía embebido de un entusiasmo desmedido, una borrachera de optimismo que reflejaron fielmente las obras de ciencia ficción. En muchos de estos libros y películas de la época se teorizaba con la llegada del ser humano a Marte como el siguiente reto, el próximo paso natural de la exploración espacial. Hace 40 años se daba por hecho que en el año 2000 el ser humano ya estaría establecido en el Planeta Rojo.

Del 13 al 15 de julio se celebró en San Lorenzo de El Escorial (Madrid) el curso universitario de verano Marte y Sociedad. Este curso reunió a científicos expertos en la exploración marciana, escritores de ciencia ficción, periodistas y divulgadores. Entre todos se intentó responder a esta clásica y perenne pregunta de la Astronáutica, ¿Por qué aun no hemos llegado a Marte?.

Los ingenieros pusieron el acento en lo complejo de llevar una nave espacial hasta un lugar tan remoto. La distancia mínima que separa nuestro planeta de Marte es de unos 60 millones de kilómetros, esto supone preparar una nave con el suficiente combustible como para llevar a varias personas en un viaje de seis meses de ida y otros tantos de vuelta. Por ahora, la tecnología no ha sido capaz de diseñar un aparato de estas características capaz de transportar a seres humanos. El ejemplo de La Estación Espacial Internacional (ISS) es una anécdota ante esta gesta ya que la ISS orbita solo a 400 kilómetros de nosotros.

Un aspecto que no se suele tener en cuenta en estas reflexiones es el factor humano de un viaje de estas características. El profesor de la Universidad Complutense de Madrid Luis Vázquez hizo hincapié en las difíciles condiciones que se encontrarían los astronautas al llegar a Marte, un paisaje nada idílico: “Una presión atmosférica similar a estar a 48 kilómetros de altura en La Tierra, vientos huracanados, radiación solar, falta de oxígeno o exceso de dióxido de carbono”.

Pero también se habló de los problemas psicológicos de una aventura como esta. La psicóloga experta en misiones espaciales y profesora de la Universidad de Valencia Rosa María Baños, aseguró que “la convivencia en ambientes extremos es muy compleja y cualquier conflicto puede acabar en tragedia”. Para conocer cómo funciona nuestra mente en entornos aislados se organizó el proyecto Marte 500, donde un grupo de voluntarios de varios países vivieron aislados en un módulo 520 días simulando todas las fases de un hipotético viaje a Marte. Durante este experimento no se produjo ningún problema de convivencia, pero evidentemente los seis tripulantes de esta nave imaginaria sabían que no estaban en la soledad del espacio. Hasta ahora el récord de permanencia en el espacio está en 438 días logrado por Valeri Vladímirovich durante una larga estancia en la estación MIR. Cuando el cosmonauta llegó a tierra a penas se podía mover, había perdido mucha masa muscular y gran parte del calcio de los huesos, literalmente no podía dar un paso por si solo. Estos efectos hacen pensar a Carlos Alonso, médico experto en medicina espacial, que los problemas biológicos y fisiológicos que los humanos sufrirían en un viaje de este tipo suponen por ahora una barrera infranqueable. Algo tan cotidiano para los terrícolas como la alimentación o la medicación se complica en los viajes espaciales, sin ir más lejos casi todos los medicamentos que cualquiera de nosotros tenemos en nuestro botiquín no sobrevivía a un viaje a Marte. ¿Qué deben comer los astronautas?, el doctor Carlos Alonso destacó la necesidad de controlar tanto lo que entra como lo que sale, ya que la gestión de residuos en una misión como esta es muy compleja y costosa.

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Problemas a los que se debe enfrentar un futuro astronauta rumbo a marte

Problema estadístico: el 50 % de las misiones a Marte fracasan.

Problema de radiación: La radiación que recibiría un astronauta en la superficie de Marte sería casi el triple que en La Estación Espacial Internacional.

Problema médico: los astronautas en rumbo a Marte padecerían congestión nasal, pérdida del gusto, disminución del apetito, sordera, descalcificación de los huesos, perdida de masa muscular, cinestesia, etc.

Problema atmosférico: La superficie de Marte se ve sacudida a menudo por grandes tormentas que duran meses. La atmósfera marciana tiene 10 veces más CO2 que la nuestra y menos oxígeno. En la superficie de Marte, la diferencia de temperatura entre los pies y la cabeza de un astronauta puede llegar a los 40 grados.

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