Los pepinos

El 10 de Noviembre de 1988, siendo Director General de Air Europa, un Boeing 737-300 efectuaba el vuelo Palma-Hannover(Alemania)-Palma.

Sé que no sirve de nada explicar esta historia a estas alturas cuando nuestra agricultura y sus gentes estuvieron semanas con la cara besando el barro, gracias a la siempre edificante eficiencia alemana, y con pérdidas millonarias, pero desgraciadamente esto entre los alemanes y nosotros ha sido siempre así.

Continúo, pues, con la historia. El avión se preparó para la toma de tierra en Palma de Mallorca, cuando el comandante se percató de que no salía el tren de aterrizaje, después de innumerables intentos, al hacer una inspección del tren desde el centro del pasillo del avión, se percató que había en el pozo que alberga las ruedas, el cuerpo de una persona.

Volando a baja altura y a medida que el cuerpo extraño se iba descongelando la persona cayo por la zona de Lluchmajor, fue encontrado su cuerpo al cabo de unos días por la Guardia Civil.

Lógicamente, nos pusimos en contacto con el aeropuerto alemán para reclamar una explicación, porque el avión no sufrió daños y todo quedó relegado en un susto.

La respuesta alemana no se hizo esperar. Nadie en su sano juicio podía poner en duda la seguridad de los aeropuertos alemanes, por lo que la conclusión a la que llegaban era que el polizón a bordo era un español, que había subido al avión sin que nadie le viera en Mallorca.

No contento con esto fui a Alemania a pedir explicaciones, la respuesta que obtuve era que, si era una visita de cortesía, me atenderían pero si tenía intenciones de reclamar, no.

El viaje no fue en balde ,ya que después de la visita de cortesía fui a ver al jefe de la policía, por cierto polaco emigrado a ese país, el cual me reconoció de forma, extraoficial que lo cierto era que el polizón era un joven de tal vez 16 años fugado de un hospicio que se atrevió, a franquear con toda impunidad las famosas medidas de seguridad alemanas. Por lo menos supe la verdad.

Que no esperen mucho los agricultores del comportamiento alemán, más probable sea que la Comunidad Europea les atienda mejor.

Espero y deseo que recuperen lo perdido hace semanas y lamento el comportamiento de nuestro Gobierno, pero hay que entender esa cobardía porque los alemanes son una de las materias primas más importantes en el turismo, y contra eso es difícil enfrentarse. De cualquier forma con actuaciones como las de nuestros gobernantes parece que sigamos siendo ciudadanos de la Comunidad Europea de segunda categoría.

Hay que pedir responsabilidades a todos, por parte de los afectados por este escándalo de gran magnitud, que ha causado un daño terrible a nuestros agricultores y al nombre de España. Otra cosa es quien le pondrá el cascabel al gato.

Hace semanas vi pintadas de no comprar productos de empresas alemanas o productos alemanes Hay en este país pusilánimes que lamentan esta actitud, pero puedo garantizarles, que si ocurriera al revés, los alemanes no comprarían ni un euro de una empresa española o producto español.

A pesar de los daños, que son económicos para nuestro país, es triste que sigan enfermando personas y algunas de ellas falleciendo, por esta lamentable historia que empezó por los pepinos, de una necia política alemana.