X
el paso >

Mejoran la conservación de la mayor estación de petroglifos

   

DIARIO DE AVISOS | EL PASO

El Paso acoge un año más el Campo de Trabajo, organizado por el área de Juventud del Ayuntamiento y patrocinado de la Dirección General de Juventud del Gobierno de Canarias. Se trata de uno de los cinco campos de trabajo voluntarios que se han aprobado en Canarias para este verano y el único que se lleva a cabo en la isla de La Palma.

La tarea principal en que se centra esta actividad, en la que participan jóvenes procedentes de distintos puntos del Estado es la protección de la estación de grabados rupestres del Lomo Tamarahoya, en el pico Bejenao, en colaboración con las consejerías de Cultura y Patrimonio Histórico y de Medio Ambiente del Cabildo.
Coordinados por el jefe de servicio de Patrimonio Histórico y Arqueología del Cabildo, Jorge Pais, los jóvenes están realizando tareas de adecuación del entorno de la estación de grabados prehispánicos del Lomo de Tamarahoya, a través del recorte de matorral existente en la zona y la recogida del pinillo que cubre los paneles donde se ubican muchos de los petroglifos, para luego reponer el vallado de protección.

La estación de grabados rupestres del Lomo de Tamarahoya, junto a la fuente de aguas medicinales del mismo nombre, fue descubierta por el doctor Mauro Hernández Pérez durante la realización de su tesis doctoral a mediados de la década de los años 70 del siglo pasado. Posteriormente, entre 1986 y 1991 se completó su estudio durante el proyecto del Inventario Etnográfico y Arqueológico del Parque y Preparque de la Caldera de Taburiente, dirigido por el doctor Felipe Jorge Pais Pais.

Tamarahoya constituye la estación de petroglifos más grande de la Isla, tanto por al número de paneles como por su extensión. Tiene 137 paneles distribuidos en tres grupos principales a lo largo de unos 200 metros de los afloramientos rocosos que jalonan la parte superior del lomo.

Su temática es, fundamentalmente, de tipo geométrico, destacando los grupos de las espirales, círculos y semicírculos concéntricos, meandriformes, o grecas, ejecutados con la técnica del picado de diferente anchura y profundidad.

Ya el Cabildo había procedido a la protección de este yacimiento prehispánico, junto con el cercano de Lomo Gordo, hace casi una década, pero diferentes factores y agentes meteorológicos habían provocado su rotura y hacían necesaria esta nueva intervención.