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“Si hemos llegado al punto de pedir es porque ya no podíamos más”

El abuelo paterno de Giovanny, rodeado de parte de su familia, regenta una pequeña tienda. / FRAN PALLERO

ÁNGELES RIOBO | SANTA CRUZ DE TENERIFE

El pequeño Giovanny, el bebé de nueve meses de la que fuera Reina del Carnaval santacrucero, Ana María Tavarez, quien ya cuenta con la preceptiva autorización judicial para poder donar parte de su hígado a su hijo, procede de una familia humilde y trabajadora que en todo momento les ha ayudado “en lo que han podido”. Sin embargo, a medida que se ha ido alargando la estancia en Madrid del niño y de sus padres ha ido mermando su economía, por lo que han llegado al punto de  tener que apelar a la solidaridad ciudadana.

Adrián Rodríguez, el progenitor de Giovanny, tenía que vender su coche particular tras quedarse sin empleo. Ana recibirá 30 euros diarios de la seguridad social en concepto de residencia y alimentación, que le serán reembolsados cuando el proceso acabe; es decir, cuando se le practique el trasplante de hígado a Giovanny -previsto en principio para la segunda quincena de agosto, tal y como informó ayer DIARIO DE AVISOS- y pase los meses de postoperatorio. Por tales motivos, la familia del bebé no ha dejado de movilizarse en Tenerife en busca de apoyo.

Huchas repartidas por varios lugares, incluidos los taxis de los compañeros de Adrián, la venta de rifas y la organización de actos benéficos, además de la colaboración individual de varios particulares, son sólo algunas de las respuestas solidarias de los tinerfeños.

Sacrificarse

Olga, la abuela materna del bebé que requiere un trasplante. / S. MÉNDEZ

El abuelo paterno de Giovanny, Francisco Rodríguez, recuerda que siempre ha enseñado a su hijo a “sacrificarse al máximo antes de pedir a los demás”. “Durante todo este tiempo -continúa- les hemos estado dando donativos, lo que puede cada uno, pero cada vez podemos menos: la cosa está complicada”, remarca este autónomo que regenta una pequeña tienda de víveres en La Laguna, de la que sale el único sueldo de su casa.

Francisco y su hija Elizabeth, hermana de Adrián, de 26 años y en paro con un bebé de 7 meses, no ha dejado de movilizarse desde que decidieran hacer pública la causa. Cuando vieron que la situación se iba alargando, vaciando las arcas familiares, movilizaron cielo y tierra sin descartar los medios de comunicación o las redes sociales como Facebook, con el fin de llamar a la solidaridad de los tinerfeños para amortizar el gran gasto económico que afronta la joven pareja y su bebé en Madrid.

La familia de Giovanny celebra sorprendida la solidaridad de la gente para con ellos. “Hay muchas anécdotas positivas. Te sorprende cómo ha respondido la gente, incluso la familia de Ainara, con el inmenso problema que tiene, donó una cantidad para Giovanny”, relata su abuelo paterno. “Yo lo aguanto, pero mi mujer lo lleva peor. Es muy sentimental y siempre que puede va a Madrid a ver a su hijo y a su nieto. Estamos a ver si puede viajar de nuevo”, dice Francisco de Calaly, su mujer y abuela paterna del pequeño Giovanny.  Por su parte, Elizabeth lamenta la enfermedad de su sobrino. “Yo tengo un hijo de edad parecida. Es muy duro ver que de los dos primos, uno está sano y el otro tan malito”, añade la hermana de Adrián.

“Cuando nos enteramos de la enfermedad fue un disgusto muy grande. Ese día fuimos al médico por una cosa, salimos con otra, y hasta hoy”, relata Olga, la madre de Ana, y, por tanto, abuela materna de Giovanny. Recuerda, agradecida, que fue un médico de guardia del Hospitalito quien percibió la alteración hepática del bebé, que había ido a urgencias por unas flemas que le impedían respirar. “Ese hombre le salvó la vida a mi único nieto”, afirma.

Ana María Tavarez tiene 21 años, y es la mayor de tres hermanos, uno de dos y otro de ocho años. “Es una niña muy madura, ha dormido muchos meses en una silla de hospital pasando frío, para no separase de su hijo”, subraya su madre, una abuela joven -40 años- que no quiere desaprovechar la oportunidad de agradecer a su yerno la gran entrega y esfuerzo en la lucha que están afrontando a pesar de su juventud. “Adrián es un chico muy bueno”, resalta.

Olga agradece, además, la solidaridad y el apoyo que recibe de los vecinos. A pesar de estar desempleada y tener otros dos hijos pequeños, pondrá todo de su parte para ir a Madrid a ver a su hija mayor y a su nieto. “Llevo tres meses sin ver a mi niña, necesito estar con ella aunque sea un día”, concluye.