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...y no es broma > por conrado flores

2012

   

Según parece, el mundo se acaba el año que viene, por diciembre, poco después del puente de la Inmaculada. Y nos pilla en fin de semana que ya es mala leche. Lo dijeron los antiguos Mayas, lo dijo el profeta Nostradamus y lo dice también un borrachín de Chamberí, que el año pasado nos dijo que el gordo de Navidad acababa en cero y lo clavó. Pero además de estos tres indicios, existen otros igual de sólidos. Aseguran en Internet que los de la NASA han publicado un informe en el que pronostican para el año próximo una tormenta solar de tal magnitud que acabará con todos los sistemas vivos de la Tierra. Vamos, que no te salvas ni con factor de protección 50. Del mismo modo, y por si la cosa no pintara ya lo suficientemente fea, un planeta gigantesco y lejano llamado Hercólubus no quiere perderse el fin de fiesta y se acercará más de la cuenta a nuestro planeta hasta ponerlo patas arriba. Asimismo, los Hopi, los Aztecas, la mitología nórdica y centenares de comunidades de corte psicodélico de todo el mundo, coinciden en que el año que viene mejor no hacer demasiados planes a largo plazo.
Y es que al ser humano de todas las épocas siempre le ha inquietado conocer “cómo” y “cuándo” nos cerrarán el chiringuito. El “quién” ya nos ha importado un poco menos pero nuestra curiosidad no conoce límites. ¿Un cometa? ¿Un tsunami? ¿Un ángel exterminador? Hasta hoy nadie ha acertado. De momento yo, siempre previsor, ya he comprado una plaza de ventanilla en la nave estelar que nos llevará con destino a Orión a mí y a los miembros de una simpática congregación con la que me reúno de vez en cuando en el Llano de Ucanca. Pero llegados a este punto, y en estos tiempos inciertos para la raza humana, varias preguntas sin respuesta fluyen por mi cabeza: ¿nos pillará el fin del mundo en 2ª B?