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... y no es broma > por Conrado Flores

Acuaripiscis

   

En la vida hay dilemas que nunca podremos resolver. Algunos de ellos son de muy alto nivel, como si hay vida después de la muerte o cuál será la combinación ganadora de la próxima quiniela, y el resto son auténticas guanajadas. En este caso se trata de un dilema del segundo tipo: mi signo del zodiaco.

Y es que parece ser que los astrólogos no se acaban de poner de acuerdo respecto a Acuario. He leído como comienza siempre el 21 de enero pero también como termina el 18, el 19 y hasta el 21 de febrero. Y yo nací un 19 de febrero. O lo que es lo mismo, no sé si soy Acuario, si soy Piscis o si soy un Piscis dentro de un Acuario. Es una pena porque en las predicciones astrológicas se esconde una literatura que me fascina. Si echan un vistazo a varios horóscopos apreciarán los distintos tipos de enfoque. El primero se centra en verdades tan irrefutables como “los roces en la convivencia podrán causar rupturas”, que es como decir que “la respiración bajo el agua podrá provocar ahogamiento”. No obstante, tienen una doble ventaja: te dan consejos sensatos y valen para todos los signos. El segundo enfoque es más subjetivo pero también mucho más metafísico. En un horóscopo de ayer se me alertaba que “a veces las circunstancias nos dictan sentencias que no imaginamos y que son irrevocables”. Y claro, se queda uno que no sabe si arriesgarse a bajar a comprar el pan o quedarse en la cama hasta el día siguiente. Otra página muy conocida me advertía que “sólo el miedo excesivo a lo que nunca ocurrirá te destruye emocionalmente”. Todavía estoy temblando.

Por último, el tercer enfoque es mi favorito. Aquí ya te dicen qué te ha pasado durante el día y hasta cómo te sientes. Una página relataba con bastante detalle mi estado de ánimo de ayer: “Tu jornada se ha sobrecargado y te sientes un poco abrumado por sucesos fuera de tu control”. Pues menos mal que estoy de vacaciones.