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EL CORREO INDIANO > POR MIGUEL GONZÁLEZ SANTOS

Cuando se duda del Papa

   

Qué diferente España apenas en unos años. Quién iba a imaginar que la llegada del Papa provocaría tantos enfrentamientos en la que hasta ahora había sido siempre la reserva espiritual de Occidente. Y no es que lo haya dejado de ser. Lo que ha cambiado es la manera de entender la religiosidad. Mientras que el 75% de los jóvenes se consideraba católico en 1975, la religión es importante ahora solo para el 16%. Pero, lo verdaderamente revelador de la juventud actual, es que más de la mitad dice creer en Dios. En cambio los que antes se confesaban católicos piensan actualmente -exactamente el 76%- que la iglesia es demasiado rica, que tiene una postura anticuada respecto a la vida sexual de la gente y que se mete demasiado en política.

Esta nueva manera de pensar de la España moderna y también desempleada es lo que ha venido en llamarse, internacionalmente, Spanish Revolution. Según muchos, algo así como el germen de un cambio social en Europa. El novísimo testamento trae otros dogmas de fe. Sus ritos no se encierran en los templos sino que se abren a los cuatro vientos de las plazas públicas. Las pancartas hablan de un nuevo credo: “Violencia es cobrar 600 euros”; “Democracia Real Ya”; “Tu botín, mi crisis”; “No somos antisistema; el sistema es antinosotros”; “¿Por qué la Virgen se aparece siempre a pastorcillos y no a físicos nucleares?”; “Busco dignidad perdida”; “Sin ética solo nos queda estética”; “Basta de iglesias”; “Miraos estáis tristes”. Éstas son solo algunas de las jaculatorias. Apenas unos pocos mantrams de la nueva espiritualidad. Los maestros de esta globalización confesional incluso llegan más lejos cuando afirman: “Mientras sigan enredados en el mundo espiritual, no podrán distinguir lo real de lo irreal”. Los nuevos gurús nos exhortan a que extraigamos el valor y la fe de cualquier lugar donde sea posible; a que no mantengamos relaciones con los que siembran la semilla del temor y la duda.

La recién estrenada espiritualidad que se forja bajo la apariencia de indignados aboga, sobre todo, por el desarrollo del amor. Aquellos que la han inspirado como líderes y guías nos dicen que es el momento de amar a todas las religiones y a todas las naciones. Que reconozcamos todas las tradiciones y las aceptemos como sendas que llevan al hombre hacia un mismo destino: la práctica de la verdad. Porque así como una persona sin aliento, muere; la vida desprovista de verdad es inútil y se vuelve una morada para la contienda y la congoja.

*Remitido desde India
miguel_g_santos@yahoo.com