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SIN EXCUSAS > POR RAQUEL LUCÍA PÉREZ BRITO

Cuatro meses más de incertidumbre y desconfianza

   

Si analizáramos los motivos que Zapatero ha podido tener para el adelanto electoral es evidente que hay muchas explicaciones sólidas y seguramente que se entrelazan. Es posible que el nuevo candidato del Partido Socialista Obrero Español le haya convencido de la conveniencia del momento pensando en los futuros resultados electorales de su partido. O que haya pensado que para aprobar los presupuestos generales del Estado del próximo año tendría que contar con el apoyo de los partidos nacionalistas y las negociaciones, que no serían fáciles, desgastarían aún más al gobierno. También podría ser que, finalmente se diera cuenta de que la situación económica de España no podía permitir, ni un día más, su interinidad. Cualquiera de estas opciones o todas a la vez han podido desembocar en el adelanto electoral. Lo menos importante es conocer los porqués, pero sí es interesante intentar prever las consecuencias que podrá tener en nuestro país, esta nueva situación.
En los últimos meses, España ha pasado por momentos muy complicados, en los que la desconfianza de los mercados internacionales ha sido la tónica. No en vano, la prima de riesgo, hace escasamente unas semanas, llegó a situarse en 380 puntos básicos, el diferencial entre el bono de la deuda soberana española a 10 años y el equivalente alemán ascendió, de un día para otro, hasta alcanzar el 6,2 %, mientras que Alemania se situaba en el 2,5%. Las caídas en la Bolsa han sido llamativas para luego volverse a recuperar tímidamente.
Nuestro país necesita convencer a los acreedores de que somos capaces de ejecutar las reformas estructurales necesarias para que España recupere el crecimiento y llegue a alcanzar grados de competitividad similares a otros países europeos. El adelanto de las elecciones puede permitir creer en un cambio de gobierno que sea capaz de tomar las riendas de la situación. Se espera que, por el simple hecho de confirmar la fecha de las elecciones generales, la prima de riesgo del país pueda bajar, aunque en estos días haya subido. Es deseable que los mercados sean capaces de dar un margen de confianza a nuestro país, hasta que el nuevo gobierno, tome las riendas de la situación y demuestre su capacidad de gestionar con agilidad y eficiencia contando con el respaldo que las urnas le darán.
Zapatero ha llegado tarde muchas veces. Primero debió cerrar la legislatura tras las de elecciones municipales, ahora también pudo disolver las cámaras en estos primeros días de agosto y, de esa manera, avanzar los comicios para principios de octubre. Esta situación, de casi cuatro meses de incertidumbres y desconfianza, no nos beneficiará en nada.
El nuevo gobierno comenzará su andadura a principio del año 2012 y hasta que se celebren las elecciones, el presidente (no lo hará) debería proponer crear un gabinete de consenso en el que participen todos los partidos. Nuestro país debe dar la imagen de unión y decisión de cambio que piden los agentes externos y también los españoles. Este acuerdo por España no solo debe ser deseable sino exigible.

*Economista, abogada y licenciada
en Ciencias Políticas.@errelu