En este mismo espacio le dijimos a Santiago Llorente que necesitábamos dos fichajes en invierno: ni puñetero caso. El equipo lo intentó, pero bajó a Segunda División, el año que más barato estaba quedarse en la Primera División. A Miguel Concepción, también le comentamos que se olvidara de la corte de aduladores y que renovara a José Luis Oltra, que tenía capacidad para llevarnos de nuevo a la élite del fútbol español; tampoco hizo caso. Un entrenador, otro entrenador y todavía tendremos que pagar los errores del pasado -hay pendiente un contencioso con David Amaral- y de error, tras error llegamos, donde estamos: en Segunda B. Recordar el pasado es como la historia de la madre majadera que te come la oreja, una y otra vez, aunque ya no hay remedio. Confío plenamente en este presidente -no soy adulón y no quiero un puestito en el Tete porque estoy bien donde estoy- porque es capaz de analizar los errores. Estamos en un pozo donde debemos salir, pero no será fácil; la única manera de hacerlo es desde la humildad y remando todos del mismo lado. No es un tópico es la única manera posible de salir de una categoría súper complicada y que no le interesa a nadie, posiblemente a la Televisión Canaria. Este equipo es un sentimiento y tiene que tener cota de pantalla en la TelevisiónCanaria, posiblemente más que esa serie que nos vendieron a juro: La revoltosa. Quienes me conocen saben que yo soy un poquito revoltoso y que este equipo interesa a un montón de gente: nos da igual que esté en Primera división, que en Segunda Regional, pero hay que utilizar todos los resortes para demostrar al mundo que el Tenerife está vivo y más vivo que nunca porque en las dificultades los chicharreros y todos los canarios que quieren al Tenerife van a dar la cara. Los que pueden, acudiendo al Estadio y los que no pueden, lo van a seguir por la radio, los periódicos y las páginas Web. Necesitamos a la Televisión Canaria, hay que buscar fórmulas entre lo privado y lo público para televisar encuentros tanto en casa como fuera de ella. Como no soy hipócrita me acordaré del Vencidario porque están en el mismo saco, pero lo único que quiero es tele para el Tete.
El ‘Tete’ y la televisión publicado por Marta Plasencia →