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> por Sergio García

El estramonio, el asesino silvestre

   

El estramonio se ha cobrado dos vidas en Getafe. Durante muchos años esta planta ha convivido entre nosotros sin que causara daños letales. En Canarias es una planta que crece silvestre en muchos de sus rincones siendo popularmente conocida con la denominación de semillas del diablo por lo efectos alucinógenos que produce, pudiendo llegar a ser mortal. Una planta herbácea maloliente y dura de erradicar, y que se regenera rápidamente, sobrepasa el metro de altura y su fruto es una cápsula ovalada y espinosa que contiene unas semillas de color negro; su principio activo es la daturina, que cristaliza muy fácilmente y tiene una acción muy venenosa, a la que en su momento el Hospital de Utrecht le atribuyó excelentes efectos contra el reumatismo inveterado. La Datura stramonium fue muy utilizada en la antigüedad, sobre todo por practicantes de la brujería. Se mezcla mejor con el alcohol que con el agua, Teofrastro habla de sus poderosos efectos y de su utilización para curar ciertos males de la psique: “la especie que origina locura y que unos llaman estramonio y otros perittón tiene una raíz blanca, hueca y de un codo aproximadamente de longitud. De ésta se le da al enfermo una dracma(3,6 gr.), si se presenta con aspecto festivo y se considera así mismo persona excelente; pero, si está loco de remate y padece alucinaciones, hay que darle dos dracmas, pero, si no cesa en su insania, tres, y dicen que hay que mezclar con esta cantidad jugo de centaurea salonitiana. …en lo referente al espíritu, el estramonio, como se dijo antes, trastorna la mente y provoca la locura…”.

Pedanio Dioscórides Anazarbeo médico, farmacólogo y botánico de la antigua Grecia, decía que producía la locura: “Su raíz bebida con vino, la cantidad de una dracma, tiene virtud de crear fantasías no desagradables. Bebidas dos dracmas produce éxtasis durante tres días; si se beben cuatro, incluso mata. Un antídoto es beber aguamiel en gran cantidad y vomitarlas”.

En experimentos llevados a cabo en la antigüedad con animales observaban que dilataba las pupilas, y recogían los resultados así: “…ha matado en pocas horas un gato con cuatro granos de su hidroclorato después de haber tenido náuseas y contracciones convulsivas en los músculos de los pies y del cuello”. El estramonio se encuadra dentro de los narcóticos, junto a belladona, beleño, la cicuta, el cianuro potásico, acónico, opio, peonia,…, una planta silvestre extremadamente venenosa y que se encuentra a disposición de cualquiera, pero no es menos cierto que existen otras plantas que forman parte de nuestras vida diaria y que, injeridas, producirían un efecto dañino. La era digital coadyuda a elevar el consumo de ciertas sustancias como estas, propiciando informaciones erróneas creándose un mercado paralelo de productos mortíferos.

*Experto en seguridad ciudadana y bienestar social y
profesor de seguridad y protección.