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fauna urbana > por luis alemany

Fechas y efemérides

   

Dámaso Alonso (además de notable filólogo, catedrático y crítico literario) fue uno de los mejores poetas de la llamada Generación del 27, muy injustamente postergado ante la fama de algunos otros vates de aquel grupo literario, especialmente a través de la legendaria mitificación -tal vez hiperbólica en exceso- de García Lorca; aunque sería injusto no reconocer que su producción lírica fue escasa cuantitativamente, si bien sus libros Hijos de la ira y Hombre y Dios constituyen hitos insoslayables en la angustiosa convalescencia de la larga postguerra civil española: en uno de ellos- define al siglo XX, en el que vive, como “siglo de las siglas”, aludiendo así a la asfixiante proliferación de crípticos vocablos construidos a partir de pomposas iniciales, como USA, URSS, ONU, UNESCO, OTAN, FAO, y tantas otras, rápidamente extensivas de los ámbitos políticos originarios a otros muchos territorios sociales.
De consecuente manera, pudiera decirse que el siglo XXI (que se está iniciando) pudiera definirse como el siglo de los dígitos letrados, dada la brusca irrupción -casi desde su mismo nacimiento- de la reseña de notorias efemérides (casi siempre catastróficamente luctuosas) con un número seguido de una letra, que se corresponden con la fecha del mes en el que tuvieron lugar, omitiendo -por supuestamente obvia- la referencia al año; por más que el denominado 11-S (que pudiera decirse que inaugura esta cultura numérica) tiene un antecedente previo -en el año 1973 del pasado siglo- en el criminal golpe de estado de Pinochet en Chile, que (aunque todas las comparaciones son odiosas) vertió muchísima más sangre que el atentado terrorista de las Torres Gemelas.
Desde esta perspectiva, ha suscitado plural atención que la anunciada fecha del 20-N, en la que el presidente Rodríguez Zapatero ha convocado elecciones anticipadas, coincida retroactivamente con la fecha del óbito del Invicto Dictador de España; por más que -piensa uno- tal vez resultaría excesivamente suspicaz pretender (como algunos están haciendo) establecer crípticas relaciones entre ambos días, entre otras cosas porque cuando aquella muerte se produjo todavía no se había establecido la cultura numérica que hoy prevalece: en cualquiera de los casos, hay que reconocer que ambas fechas presentan la común circunstancia de un final que abre un comienzo; aunque la diferencia sustancial consiste en que aquella proponía la esperanzada transformación de un país, mientras que ésta se anuncia desde la lampedusiana convicción de que -ocurra lo que ocurra- tras el cambio (?) todo seguirá más o menos igual.