Haré una batida explorativa hasta encontrar el socialismo que hoy representa el PSOE. Tengo la sensación, no con la certeza absoluta, de que el Partido Socialista ha ido perdiendo progresivamente sus señas de identidad. ¿Razones? Para mà hay dos factores precisos y determinantes. El primero tiene una directa relación con la propia vida orgánica del partido y la ausencia del debate interno. Y un segundo derivado de la crisis económica internacional, agudizada por el pinchazo interno del sector inmobiliario y de la construcción. Pero para un servidor, que ha seguido muy de cerca la evolución ideológica del PSOE, reconozco que la indefinición actual, no tiene parangón en el partido.
Limitándonos a la etapa de la transición hasta la fecha, nos encontramos aquellos primeros años de la identificación marxista del PSOE. Pero muy pronto, allá por 1979, Felipe González abandona a Marx, y gana la batalla a favor del partido federal y democrático, por supuesto socialista. Se inicia la etapa de la socialdemocracia, siendo el sueco Olof Palme el lÃder referente del nuevo socialismo felipista. También a partir de este perÃodo se constituye en el seno del PSOE la corriente Izquierda Socialista, muy crÃtica en los últimos años con el rumbo neoliberal adoptado por el partido y el Gobierno socialista.
Todo está muy turbio en un PSOE desorientado, que ha ido sembrando la ideologÃa de la confusión, y desestructurado orgánicamente. Podemos afirmar categóricamente, que aquel partido de la disciplina y solidaridad orgánica, brilla por su ausencia. Conviene señalar algunos ejemplos. Recordemos la masacre orgánica canaria, que al margen de la corriente antizapaterista, el KO electoral fue fulminante.
Y no digamos nada de la carambola de la sucesión con Rubalcaba de conejito de indias, evitándose las primarias con el paso obligado a un lado de Chacón. Y el espectáculo más reciente de un miembro del partido, Casimiro Curbelo, en un puticlub, ahora silenciado y respaldado por el PSOE canario, y al que ni siquiera se le abrió un expediente de expulsión.
El propio Rubalcaba intenta, con no demasiado éxito, recuperar una credibilidad perdida, justificando las medidas antipopulares impuestas por la crisis económica, y tratando a la desesperada de conciliar el neoliberalismo aplicado en la presente legislatura, con una socialdemocracia real que puede recuperarse, siempre y cuando, no caigan en la tentación de pedirle a los ciudadanos nuevos sacrificios mientras las grandes fortunas y poderes financieros, con sus respectivos presidentes al frente, celebran sendas ruedas de prensa para jactarse en nuestra cara de los pringues beneficios obtenidos en el último ejercicio.
O sea, que mientras los curritos tenemos que ser solidarios por imposición legal, a los millonarios y poderosos mercados, vÃa libre. No es ése el socialismo que los ciudadanos esperan del PSOE.
Mal me lo pintáis Sancho para recuperar la identidad de un socialismo pragmático ajustado a la realidad social y económica de los españoles. De todas formas, vale la pena intentarlo. ¡Adelante!
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