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La cola del zorro ártico

   

Imagen de una aurora boreal captada por la expedición Shelios. | J.C. CASADO

JUANJO MARTÍN | Santa Cruz de Tenerife

Cuesta imaginar que la cola de un zorro ártico pueda originar las auroras boreales, sin embargo si hubiéramos viajado al Norte de Europa hace algunos siglos esa sería la explicación que nos hubiera dado un fines. Según la mitología lapona estos fenómenos astronómicos, que ellos denominan revontulet, los producía la cola de un zorro, que al rozar con la nieve de las montañas producía estas chispas verdosas y rojizas.

Hoy en día sabemos que en realidad son el producto de la interacción entre el Sol y nuestro campo magnético. El Sol emite cada segundo gran cantidad de materia en forma de un flujo continuo que los astrónomos llaman viento solar, esa marea de partículas se derrama por todo el sistema solar, y por su puesto llega hasta nuestro planeta.

Gracias al campo magnético de la Tierra, el mismo que orienta las brújulas, esta letal radiación no penetra hasta la superficie. El escudo magnético nos protege de estas oleadas solares. Sin embargo, no toda la radiación es reflejada y parte de ella es conducida a dos lugares muy concretos del planeta, aquellos donde el campo magnético fluye con mayor intensidad: los polos.

Las partículas que llegan del Sol son conducidas hacía el Polo Norte a gran velocidad, instantes después chocan con algunos de los átomos que contienen nuestra atmósfera. Producto de este brutal choque son las cortinas verdes, rojas y azules que en estos momentos se pueden observar sobre Groenlandia y que son conocidas como auroras boreales.
Es un espectáculo celeste que no se han querido perder los integrantes de Shelios, un grupo multidisciplinar de personas que mezcla la aventura, la astronomía y la divulgación en cada uno de sus viajes. En esta ocasión han viajado desde Canarias hasta las frías tierras de Groenlandia (Dinamarca) para observar un espectáculo que se repite con mayor intensidad en cada máximo de actividad solar, algo que sucede cada 11 años aproximadamente.

Con la mochila llena de cámaras, ordenadores y mucha ropa de abrigo partieron de Tenerife el pasado 15 de agosto, el objetivo: registrar gráficamente este espectáculo celeste y comprobar el retroceso de los hielos de los glaciares. Shelios no visita Groenlandia por primera vez, en el año 2000 fueron a la gran isla para observar auroras y levantar acta fotográfica de la situación de los hielos, en esta ocasión quieren comprobar de primera mano los efectos del cambio climático durante esta década.

Ya tienen resultados preliminares. Según Miquel Serra, director de Shelios, “la diferencia con el año 2000 es considerable, se estima que cada día el hielo retrocede un metro”. Un ejemplo de esto lo observaron con las fotos del servicio cartográfico Google Earth, según las imágenes de este conocido mapa global el campamento base debería estar sobre hielo, sin embargo sus pies pisan tierra firme, ¿Qué ha pasado? el tiempo, dos años desde las fotos del satélite.

Aunque estemos a unos 5.000 kilómetros de Groenlandia, este espectáculo astronómico se puede seguir en directo. Gracias a internet, Shelios conecta cada noche con el mundo para mostrar esas cortinas de luz que se retuercen y bailan sobre las cabezas de los expedicionarios. Frente al glaciar de Qaleraliq y a unos 4 grados bajo cero, los astrónomos despliegan sus equipos de observación y comienzan a tomar imágenes que rápidamente cuelgan en su web y redes sociales. También, cada noche a partir de las 2.30 (hora canaria) comienzan la retransmisión en directo que se puede seguir en . Estas fotografías también serán utilizadas en las escuelas.

Shelios junto con La Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología y el Instituto de Astrofísica de Canarias preparan un proyecto educativo para que los alumnos de secundaria de nuestro país. En esta ocasión el máximo de actividad solar no se dará hasta finales del próximo año, esto indica que lo mejor está por llegar, a esto achaca Miquel Serra una menor actividad de auroras respecto a la anterior expedición. Aun así nos comenta que “las observaciones están siendo espectaculares y el material gráfico que estamos obteniendo es de gran calidad”.