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OPINION > ALEXIS GONZÁLEZ DE LEÓN

La Virgen de Candelaria: entre milagros y esperanza

   

Buscamos algún milagro en nuestros días? El mayor milagro que podamos ver en la Virgen de Candelaria es que nos conceda la capacidad para habitar, convivir, considerar lo sagrado no sólo como una fiesta, sino sobre todo, considerarlo con el respeto que requiere lo sagrado. La fe nos invita a buscar en lo sagrado el silencio que necesita la vida para comprender cada situación humana e histórica.

Nos está tocando una etapa difícil, de evolución, de lucha entre el egoísmo y la indignación, los desencuentros entre lo secular y lo religioso, etc. Unas situaciones de protestas, precariedad laboral, de presiones económicas, y de un mayor reclamo de una justicia social. El milagro que podemos pedirle a la Virgen es que nos ayude a transformar nuestra capacidad de habitar donde la aceptación mutua, el respeto, y los derechos de la gente se vean más confirmados con nuestro caminar por esta historia. Podemos habitar reconociéndonos, o podemos vivir desde un egoísmo autodestructivo, lo milagroso en esta situación sería nuestra capacidad para orar y no desesperar.

Es importante, que en estos tiempos de paro y hambruna, comprendamos que la fe y la devoción se llenan de calidad cristiana, cuando llenamos nuestras vidas de caridad. Un ramo embellece, pero un kilo de arroz o lentejas, puede dar dignidad a nuestra promesa y donación, y puede ayudar a paliar las necesidades de las familias canarias que lo pueden estar pasando mal. Ése sería un gran milagro.

Es obligación de los estados paliar las necesidades de sus pueblos, y responsabilidad suyas son las guerras que desplazan a muchos refugiados. La Iglesia intenta colaborar para que en los cristianos desde su fe se derive una obligación moral: colaborar para que vivamos esta vida con un sentido mayor de dignidad humana, dar de comer al hambriento. Intentar llegar con el pan donde no llegan las armas. Un milagro a pedir sería que en aquellos países donde la hambruna es más desesperante se desarrolle una conciencia, no por quien controla el poder desde las armas, sino más bien por cómo poder canalizar la ayuda humanitaria, y el propio desarrollo de los pueblos.

Con la campaña realizada en las Fiestas de Nuestra Patrona, la Virgen de Candelaria de este año: transforma tu donación con un sentido de dignidad: dar de comer al hambriento, quiero recordar una cita de Walter Dresel, en su libro, Apuesta por ti, no dejes que la vida pase de largo: “No merece la pena perder el tiempo en batallas que no tienen sentido, cuando hay tanta necesidad de sensatez y concordia, cuando hay tanto que construir interiormente”. Un milagro sería: que en nuestra capacidad de habitar fuera posible recuperar un sentido de sensatez y concordia. Esta mujer de Nazaret, sencilla y humilde, comprenderá aquellas palabras de su Hijo: ¡Dichosos los que pasan hambre, porque ellos serán saciados! Si en nuestro habitar en lugar de dejarnos invadir por la desconfianza, confiaras en tu capacidad de compartir, el saciar el hambre con nuestra solidaridad y nuestro compartir, puede llenar nuestro corazón no sólo de fiesta, sino de generosidad y esperanza.

ALEXIS GONZÁLEZ DE LEÓN es Rector de la Basílica