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Los corazones que sí laten

   

Momento en que se eleva uno de los tres corazones bajo la presencia de la reina y damas de la fiesta. | JAVIER GANIVET

VERÓNICA MARTÍN | Santa Cruz de Tenerife

Hay corazones que duelen, otros que se infartan y hay quien parece que no tiene corazón. Los tejineros viven, desde hace semanas, pendientes de tres corazones que son el eje de una simpática rivalidad y de una de las fiestas más singulares de Canarias. Los tres Corazones de Tejina se unieron y se elevaron ayer en la plaza de la iglesia de este pueblo lagunero. Se descolgarán esta tarde dentro de las fiestas en honor a San Bartolomé.

Ayer, y durante esta semana, Tejina es básicamente de tres colores. Verde, por las peras que definen el corazón de la calle El Pico; naranja, por las piñas de la calle de Arriba y amarillo, por los limones de la de Abajo. Unos colores que se defienden de forma similar a como se hacen con otros elementos que conforman una identidad común.

Ser de cualquiera de estas tres calles es un orgullo aunque si hubiera que medirlo por la bulla que meten, los de El Pico se llevarían el premio quizá por ser los que más jóvenes tenían ayer en sus filas. La tradición marca que los tres corazones -tras días de trabajo colectivo en su confección- se trasladen de cada uno de los barrios hasta la plaza. A su llegada, se rinde homenaje a San Bartolomé y se realiza la ofrenda para que Tejina siga siendo una tierra fértil.

Los corazones lucen en la Plaza de San Bartolomé. | JAVIER GANIVET

En su llegada, las tres asociaciones de cada uno de los corazones se pican amistosamente con coros muy futboleros o murgueros tipo “oeoeoe” (que al parecer es ya universal y sirve tanto para una Copa de Europa que para homenajear a un santo); “eso sí que es un corazón” o algo un poco más faltón como “del Pico somos…y a los de Abajo por…les daremos”. Algo no muy religioso pero muy aglutinador de emociones. Confirmado. Esta tradicional fiesta pone de relieve el trabajo en equipo que une a familias y vecinos en un mismo objetivo: elevar el corazón más bonito sea verde, naranja o amarillo. Lo que queda claro es que en Tejina, el corazón sí late.

Los corazones fueron trasladados desde la sede de cada asociación. | J.G.

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Una tradición con orgullo

El pueblo entero se vuelca con la fiesta y con la elaboración de los Corazones de Tejina. Desde hace semanas, se recolecta la fruta que adornará cada una de las estructuras. La elaboración de las tortas es otro gran ritual que convierte en auténticos artistas a los equipos de confección de los mismos. Son obras de arte de harina y agua que, este año, han reproducido desde un logrado drago hasta una botica pasando por un enano de La Palma. A la elaboración se suma el momento de portearla hasta la plaza y de elevarla, lo que requiere fuerza y concentración que algunos tratan de evitar en sus rivales. Todo un mundo.

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Los tejineros viven con pasión sus corazones. | J.G.