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Marabunta de fieles

   

Vista aérea de ayer del aeródromo de Cuatro Vientos. | EFE

AGENCIAS / JESÚS PÉREZ | MADRID

Jornada sofocante por la mañana y “refrescante” por la noche. Así se puede resumir el apretado día de ayer, que tuvo en la Vigilia de Cuatro Vientos su punto álgido.

El Papa se vio obligado a interrumpir su discurso durante la Vigilia de la oración debido al intenso aguacero que cayó durante unos minutos sobre el aeródromo, donde cientos de miles de peregrinos se habían congregado desde primeras horas de la tarde.

“Vuestra fuerza es mayor que la lluvia”, aseguró el Pontífice ante los asistentes cuando la lluvia terminó de amainar. El fuerte aguacero comenzó tras la lectura del Evangelio y obligó al Santo Padre a interrumpir su discurso durante más de 20 minutos, mientras los jóvenes siguieron coreando y cantando: “Ésta es la juventud del Papa”. “Cuánto llueve, esperemos a que pare un poco”, subrayó el Pontífice en italiano ante los asistentes.

Cubierto por un paraguas blanco y luchando contra el fuerte viento que se desató en la zona y que hizo volar algunas sillas por los aires, se preguntó: “¿Cómo puede un joven ser fiel a la fe cristiana y seguir aspirando a grandes ideales en la sociedad actual?”. Y dio, entre vítores de la gente, por respuesta el evangelio: “Como el Padre me ha amado, así os he amado yo”. En este punto el Papa tuvo que detener su alocución por el aguacero.

Varios sacerdotes protegen de la lluvia al papa Benedicto XVI . | EFE

Cuando escampó, media hora más tarde, continuó con la lectura del texto, pero sólo la parte de los saludos en diferente idiomas.

Denuncia del relativismo

En el discurso que el papa Benedicto XVI no leyó completamente durante la Vigilia con los jóvenes de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) denunció el relativismo que desprecia la búsqueda de la verdad y en el mismo exhortó a los muchachos a no tener miedo ni al mundo, ni al futuro ni a sus debilidades.
El Pontífice reiteró una vez más la indisolubilidad del matrimonio, precisando que el único es entre un hombre y una mujer. El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, dijo a Efe que se daba por leído todo el texto, a la vez que dijo que el papa había mostrado su “admiración” por los jóvenes españoles, que mientras llovía a mares y se producía un fuerte vendaval no dejaron de animar al pontífice y cantar. En la parte que no leyó, Benedicto XVI afirmó que la fe no se opone a los ideales más altos, “al contrario, los exalta y perfecciona”.

Gran número de peregrinos al comienzo de la tormenta que se registró en el aeródromo de Cuatro Vientos. | EFE

Siete heridos

Asimismo, y como consecuencia de la tormenta, siete personas resultaron heridas de distinta consideración, aunque ninguna de gravedad, según informó una portavoz de Emergencias Madrid. La tormenta que sorprendió a los presentes provocó la caída de un poste de la luz sin alcanzar a ningún peregrino, afectó al revestimiento del escenario y tumbó varias carpas, que en su caída causaron heridas a siete personas.

Seminaristas de Tenerife, junto a un grupo de mexicanos, en La Almudena. | DA

“Parece mentira que el Papa tenga tanta fuerza”

Cincuenta y seis campos de fútbol. En algunos de los metros cuadrados equivalentes a tal superficie, los casi 1.000 diocesanos presentes en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) participan hoy en el acto central del evento, la Misa de Clausura presidida por Benedicto XVI en el madrileño aeródromo de Cuatro Vientos.

Ayer, los jóvenes tomaron posiciones sobre ese mismo terreno para asistir a la Vigilia de Oración -con tormenta incluida- que presidió el Papa. En declaraciones a DIARIO DE AVISOS, miembros de la organización calculan que los canarios comparten hoy la explanada celebrativa con casi un millón y medio de peregrinos llegados de otros 193 países del planeta. Todos pasaron la madrugada de ayer al raso, en espera de la Eucaristía de hoy.

“Los actos que celebramos en el centro de Madrid estuvieron bien, nos sirvieron para conocernos y hacernos a la idea de la magnitud de este encuentro. Pero lo más importante está pasando en Cuatro Vientos. Aquí el ambiente es totalmente distinto, sigue habiendo mucha alegría y buen rollo, pero estamos a lo que estamos: rezamos, meditamos y compartimos la fe. A eso hemos venido”, asegura una joven tinerfeña vinculada la Delegación Diocesana de Juventud, encabezada por su responsable, el sacerdote Antonio Gómez. “La espera ha sido larga y, sobre todo, muy calurosa”, declara Jennifer Acosta, en referencia a los casi 40 grados centígrados de temperatura que se alcanzaron en la zona habilitada para los peregrinos. Sólo los cientos de grifos de agua y los camiones de bomberos rociando a los jóvenes ayudaron a soportar con entereza la larga espera.

Jennifer no olvidará jamás la jornada de ayer, pues fue una de las pocas invitadas a sentarse en el altar, junto al Papa, representando a la Diócesis Nivariense. “Aún estoy temblando de emoción. Pensé que era una broma cuando me dijeron que yo iba a estar ahí. Miro al Papa y me parece mentira que tenga tanta fuerza, a pesar de su edad”, comenta, emocionada.

En la mañana del sábado, el protagonismo recayó en los seminaristas de todo el mundo, congregados en la madrileña catedral de La Almudena para participar en una Eucaristía presidida por el Pontífice. Entre ellos, los de Tenerife. “Estábamos rodeados de miles de jóvenes como nosotros, que habían sentido también una llamada al sacerdocio. No los conocías de nada, no entendías su lengua, pero con mirarlos sabías que cada uno de ellos te comprendía perfectamente”, explica el seminarista gomero Cosme Piñero.
A partir de hoy y de forma escalonada, el más de un millón de peregrinos de la Jornada Mundial de la Juventud empezará a abandonar la capital de España rumbo a sus lugares de origen. El grueso de la expedición canaria lo hará mañana.

[apunte]Los aproximadamente 2.000 isleños -la mitad de ellos de nuestra provincia- que participan en la Jornada Mundial de la Juventud soportaron ayer temperaturas que, de registrarse en las Islas, las pondrían en situación de especial emergencia. Hasta 39 grados centígrados a la sombra tuvieron que soportar los diocesanos…, pero sin sombras donde cobijarse en la gran explanada del aeropuerto de Cuatro Vientos, sede de los actos. Algunos de ellos sucumbieron al peso de la canícula y hubieron de ser atendidos a causa de ligeros mareos por los servicios de emergencia. “Nada grave”, según la organización diocesana. Sin embargo, no son las únicas cifras de vértigo a las que se enfrentaron los peregrinos. Los primeros cálculos, aún provisionales en el momento del cierre de esta edición, hablan de cerca de un millón y medio de personas que participaron en la Vigilia de anoche, y a pesar de la lluvia que hizo acto de presencia. De ellos, 100 eran cardenales; 1.000 obispos y 19.000 sacerdotes llegados de todos los puntos. El escenario, donde también se celebra hoy la Eucaristía y con capacidad para acomodar a más de 2.000 personas sentadas, mide 190 metros de largo, 20 metros de alto y 24 metros de profundidad. En el centro, el llamado Árbol de la Vida acogerá al Pontífice con sus siete metros de alto por 40 metros de ancho. Sobre el Papa desciende en todo momento un fino rocío de agua vaporizada que refresca hasta en tres grados centígrados la temperatura ambiente. Para atender a los peregrinos se han instalado 20 pantallas gigantes, 48 columnas de sonido, 30 capillas, 2.000 grifos, 4.000 sanitarios y 8 hospitales de campaña.[/apunte]