El presidente del PP, Mariano Rajoy. | EFE
EUROPA PRESS | Pontevedra
El presidente del PP, Mariano Rajoy, tiene previsto contar con presupuesto aprobado en el primer trimestre de 2012 y está preparando ya el plan de choque que aplicará si gana las próximas elecciones generales, con tres medidas que aplicará de forma inmediata. Consisten en una modificación de la Ley de Estabilidad Presupuestaria para establecer un techo de gasto a todas las comunidades autónomas y cumplir así el objetivo de déficit; una Ley de Emprendedores que apoye a las pymes con, entre otras medidas, una rebaja del 5% en el impuesto de sociedades y una Ley de Transparencia de las Administraciones Públicas.
En una entrevista concedida a Europa Press, Rajoy apunta que, para crear un clima de confianza, “lo primero” que ha de producirse es “un cambio de gobierno”, nombrar un Ejecutivo con personas de “la mayor competencia posible” y presentar un plan económico en las Cortes. “Eso va a dar seguridad, certidumbre de cara al futuro”, enfatiza.
El candidato del PP advierte de que ha llegado el momento de los “gobernantes de cuajo”, con un “liderazgo claro”, “determinación y coraje” para afrontar la crisis, que “fije objetivos y los cumpla” y que cree un “equipo competente” que ofrezca confianza.
De esta forma, Rajoy adelanta que prevé “dar la vuelta a la situación” en un “tiempo razonable”, aunque cree que poner una fecha es “insensato” y “frívolo”. No obstante, recuerda: “En el año 1998, dos años después de llegar al Gobierno, ya cumplíamos todos los requisitos para entrar en el euro y después se empezó a crear empleo de una manera importante”.
Rajoy ha querido dejar claro que la “certidumbre” no se genera por un decreto, sino con un Ejecutivo “que no improvise” y haga las reformas necesarias.
La primera iniciativa será contar con un Presupuesto cuyo “objetivo prioritario” consistirá en “cumplir los objetivos de déficit público” con los que se ha comprometido España. “Yo asumo el compromiso del Gobierno de España” de cumplir con la UE.
Se propone cumplir con su objetivo de reducir el déficit público “sin subir impuestos y sin tocar aspectos sensibles del Estado del bienestar”.