EFE / TEROR
El obispo de la Diócesis de Canarias, Francisco Cases, invitó ayer en la homilía por la virgen del Pino a “reaccionar frente a tanta inestabilidad y falta de firmeza” que domina en la cultura actual.
“La firmeza y fidelidad de la vida de María, contrasta con la inestabilidad, los vaivenes y las indecisiones de las opciones que hoy dominan en nuestra cultura y ambiente”, agregó.
El obispo, en la homilía que pronunció ante el presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero, que representó al Rey, y el resto de autoridades, apeló a quienes disponen de nóminas y patrimonio para que ayuden a las personas necesitadas.
Asimismo, llamó a la “austeridad y sobriedad” y de manera especial a los cargos públicos, a quienes pidió que atiendan con preferencia “la pequeñez de los débiles”. El obispo dijo que la sociedad y en especial los jóvenes necesitan “que se les ofrezca “signos de esperanza”.
En la Eucaristía celebrada en honor a la virgen del Pino, patrona de Gran Canaria, se pidió por los parados, los emigrantes, los que sufren la crisis, los países con conflictos sociales y los que sufren pobreza extrema como Somalia y Etiopía.
A la Eucaristía, además de Paulino Rivero, asistió el presidente del Cabildo de Gran Canaria, José Miguel Bravo de Laguna, el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Juan José Cardona, así como otras personalidades.
Tras la celebración de la misa tuvo lugar la tradicional procesión de la imagen de nuestra Señora del Pino alrededor de la Basílica de Teror. La procesión fue seguida por unas 5.000 personas, según fuentes municipales, que se concentraron en el casco histórico de Teror pese a la ola de calor que afecta a la Isla y que causó al menos una decena de desvanecimientos entre el público.