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CÁMARA ALTA > POR ROMÁN RODRÍGUEZ

El drama del desempleo (y 2)

   

En un primer artículo analicé los duros datos que presenta la situación económica de Canarias. Fundamentalmente, el alto desempleo (29,76% y un total de 331.800 parados, según la última EPA, correspondiente al segundo trimestre del año). A ello se une que la mitad de nuestros desempleados llevan más de un año en el paro; y, también, que uno de cada dos parados son jóvenes y que tenemos la tasa más alta de las familias con todos sus miembros en paro. Canarias es, asimismo, la comunidad que más riqueza relativa ha perdido en los últimos años. Y recordaba que los buenos datos turísticos, con un incremento de casi un millón de visitantes entre enero y junio, en el mejor de los casos solo habían supuesto unos 2.000 parados menos en los registros de empleo, pero con datos mucho peores en la EPA y en afiliados a la Seguridad Social.

Y, sobre todo, apuntaba que Canarias no tiene condiciones para salir exclusivamente con recursos propios de esta profunda crisis económica y social; y que nuestra Comunidad precisa, con urgencia, de transferencias de renta y de capital; así como el establecimiento de un gran acuerdo en la búsqueda de soluciones para superar su grave situación socioeconómica.

Canarias requiere, por tanto, que se pongan en marcha una serie de medidas dirigidas a la dinamización económica y a la creación de empleo. Medidas que exigen superar el maltrato a que nos ha sometido el Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero en los últimos años.

Un maltrato visible tanto en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) como en la financiación autonómica, así como en el profundo engaño que ha supuesto el Plan Canarias, convertido en uno de los mayores ejercicios de propaganda política que se recuerdan.

En primer lugar, estoy convencido de que Canarias debe colocarse en la media española de financiación autonómica. La situación actual, 545 millones por debajo de la media estatal, es profundamente injusta, es completamente intolerable. Hay que decirlo con rotundidad, como hemos hecho en Nueva Canarias desde su aprobación en diciembre de 2009: este modelo de financiación autonómica castiga severamente a Canarias y a su ciudadanía, contribuyendo a alejarnos de los niveles de bienestar del resto de comunidades autónomas, al perjudicar gravemente a las servicios públicos.

Asimismo, debemos exigir con todas nuestras fuerzas el que Canarias se coloque en la media española en inversión, cumpliendo el artículo 96 de la Ley 20/1991 del REF. Un artículo que el Gobierno central, con el PP o con el PSOE, vulnera permanentemente. En concreto, en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2011, sitúa a Canarias 242 millones por debajo de la media de inversión estatal.

Paradójicamente, se incumple con el artículo 96 del REF (que establece que las inversiones estatales en Canarias no sean inferiores al promedio del conjunto de las Comunidades Autónomas) mientras se cumple con las cinco comunidades que tienen cláusulas de salvaguarda de las inversiones en sus Estatutos de Autonomía (Andalucía, Baleares, Cataluña, Aragón y Castilla-León).

No tengo que explicar el enorme impacto que tendría en nuestra economía, en el empleo y en los servicios públicos esos cerca de 800 millones de euros anuales (casi 2 puntos del PIB canario) que nos corresponden en justicia y que se nos están negando por parte de la Administración central del Estado.


Plan Canarias

En tercer lugar, nuestro Archipiélago necesita contar con un Plan Canarias de verdad. El Plan Canarias que nos presentó Zapatero con gran aparato mediático, aprobado en octubre de 2009, ha sido un auténtico fiasco. No solo no ha aportado los 2.500 millones de euros anuales en inversión adicionales que prometió el presidente español, sino que, por el contrario, hemos visto como se ha reducido en 221 millones la inversión para Canarias en los PGE para 2011.
Precisamos de un Plan dotado con, al menos, 1.000 millones de euros anuales. Y centrado esencialmente en actividades estratégicas: mejora de puertos y aeropuertos, fomento del transporte público e introducción del sistema ferroviario, telecomunicaciones, energías renovables, infraestructuras científicas y parques tecnológicos, tecnologías modernas en tratamiento de residuos, infraestructuras educativas, sanitarias, sociales y vivienda. Incluyendo, asimismo, y de manera especial, un auténtico Plan Renove para nuestro principal sector, el turístico, que nos permita recuperar competitividad y, asimismo, impulsar la obra pública.

Pero también nos parece fundamental el incremento de la inversión pública por parte del Gobierno de Canarias, y así lo defenderemos en el Parlamento de Canarias en el proceso de debate de los Presupuestos para 2011; al igual que la recuperación de los planes sectoriales conjuntos con cabildos y ayuntamientos, produciendo sinergias inversoras y adecuadas a cada realidad territorial. Incentivando y facilitando, asimismo, la captación de inversión extranjera.
Y en el futuro inmediato, en relación a la reforma del REF propongo una modificación consensuada de los actuales incentivos del REF que tenga como objetivo mantener el tejido empresarial, conservar el empleo existente y crear nuevos puestos de trabajo. En ese sentido, he explicitado la propuesta de que en la reforma del REF, a partir del 2013, se minoren un 25% las cotizaciones sociales para todos los asalariados con contrato por tiempo indefinido y los autónomos.

Formación

Igualmente, me parece esencial redoblar los esfuerzos en la formación de nuestra gente. En ese sentido, considero imprescindible evaluar la eficacia de las actuales políticas activas de empleo e impulsar la Formación Profesional (reglada, ocupacional y continua), con el objetivo de mejorar la cualificación de los recursos humanos de los diferentes sectores productivos canarios, en especial en sectores emergentes como energías renovables o ciencias marinas.

La puesta en marcha de las distintas medidas que he expuesto permitirá impactar sobre nuestro más grave problema: el enorme desempleo que padece Canarias. Una situación dramática que, de no actuar en todos esos frentes, podemos ver perpetuada durante décadas.

Las próximas elecciones generales del 20-N deben constituir una oportunidad para trasladar esta reflexión al Estado y a la Unión Europea para sentar las bases para que se comprometan, de verdad y sin propaganda, con Canarias.

Román Rodríguez es presidente de Nueva Canarias