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Hilario Rodríguez > Juan Henríquez

   

Me parece que es la tercera vez desde que Hilario Rodríguez entró como concejal en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, allá por el año 1999, que escribo sobre su persona. El artículo de hoy nace a raíz de una entrevista que pude oír, y ver, desde el principio hasta el final, en Mírame TV, a cargo del joven periodista David Cuesta, el que, por cierto, de no bicharse por el camino, se está ganando un pedestal entre los mejores de la profesión. Pero hablemos de Hilario y sus circunstancias políticas actuales.

Aclaro que una cosa es hablar en televisión y otra muy distinta es lo que realmente piensa el entrevistado. Conozco a Hilario, desde el punto de vista humano y político, lo suficiente como para afirmar que no está nada contento con su actual situación dentro de Coalición Canaria y en el pacto del Gobierno municipal, muy a pesar de lo publicado y de sus propias palabras en la televisión. Sé, me basta con sólo mirarlo a los ojos, que cuando Hilario realiza determinados gestos públicos es que desea enviar mensajes a navegantes, sobre todo demostrar que no está dispuesto a pasar por vejaciones de ningún tipo, y menos, de sus compañeros de viaje “ideológico”, (sic). Hago constar que lo bueno de este hombre es que, lo que tenga que decirte, te lo dice a la cara, ¡mirándote a los ojos!

El malestar viene a raíz de la retirada de Miguel Zerolo. Hilario, que, aunque no se le nota, se mueve bien en el ambiente político, supo desde el primer momento que el candidato Bermúdez no lo quería en la lista; no obstante, fue el propio Zerolo, cuando Hilario le dijo que quería seguir, quien lo metió con calzador en la candidatura; eso sí, alejado de los primeros puestos. Se barajó en los prolegómenos con el número tres, después saltó al cinco y, finalmente, acabó en el siete. Además, con el fichaje de una nueva responsable para el área de Seguridad Ciudadana, estaba cantado que Hilario Rodríguez, de salir elegido, pasaría a un plano secundario dentro del equipo del nuevo líder nacionalista santacrucero, Bermúdez.

Ahora el hombre de confianza para el alcalde es Dámaso Arteaga, a quien los mentideros señalan como el responsable máximo de la catástrofe electoral en la capital tinerfeña.

Diré más. Hilario, desde el inicio, vaticinó que los responsables de la campaña electoral no lo estaban haciendo bien, y eso se iba a notar en el resultado final. Seré más concreto. El soberanista se vio infrautilizado en la propia campaña electoral, desplazado, seguramente porque el tándem José Manuel/Dámaso temía perder protagonismo ante la figurada de Hilario, mucho más reconocida y apreciada por la mayoría del electorado nacionalista.

Dos cosas tengo clarísimas. La primera es que Hilario le habrá dicho a estas alturas al alcalde, José Manuel Bermúdez, que cuenta con su apoyo y fidelidad institucional, y que trabajará en la responsabilidad que se le asigne. Y la segunda es que intentará reforzar la corriente de opinión Secundino Delgado, previo al cambio que en breve plazo debe producirse en la actual dirección local de Santa Cruz. ¡Al tiempo!

juanguanche@telefonica.net