La autopsia desvela que la muerte del ‘senderista’ fue un accidente

TINERFE FUMERO | SANTA CRUZ DE TENERIFE

Todo apunta a que fue un accidente. Así lo entienden los especialistas del Instituto de Medicina Legal de Santa Cruz de Tenerife que realizaron ayer las primeras pruebas de la autopsia al varón de 40 años de edad que apareció en un monte orotavense con múltiples fracturas, a consecuencia de las cuales falleció al poco de ser trasladado al Hospital Universitario de Canarias.

Esta primera impresión forense -el resultado definitivo de la autopsia siempre depende de ulteriores análisis que la postergan en el tiempo- es fundamental para el trabajo de los especialistas de la Policía Judicial de la Guardia Civil asignados al caso.

Como recordarán los lectores, las dudas sobre el origen de las lesiones que presentaba el ahora infortunado se alimentaban en primer lugar por la naturaleza de las mismas, ya que entre las policontusiones y múltiples fracturas apuntadas por el 1-1-2 cuando fue rescatado en una pista de La Caldera, en La Orotava, se incluían heridas abiertas en la cabeza, la mandíbula rota y traumatismos en tórax y extremidades.

Para mayor confusión, el ahora fallecido manifestó a los guardias civiles presentes en el lugar donde fue encontrado que era víctima de una persecución, aunque posteriormente se desdijo y aseguró haberse caído mientras hacía senderismo.

Ahora, las referidas primeras pruebas de la autopsia desvelan que las heridas son compatibles con una caída por la ladera junto a la que fue hallado.

Por lo que respecta a la extraña conducta del infortunado, puede estar relacionada con una ingestión de bebidas alcohólicas o, simplemente, ser consecuencia de los golpes sufridos.

El hecho de que tampoco surja indicio alguno sobre la participación violenta de terceros completa el cuadro.