EUROPA PRESS | MADRID
Las tormentas solares no sólo es una amenaza para la magnetosfera de la Tierra, sino que también podrÃan provocar la caÃda de los satélites más cercanos al planeta, según han explicado expertos de la NASA, quienes han descubierto que las llamaradas afectan al cinturón Van Allen interior.
Investigadores de la NASA han llevado a cabo un estudio en el que han descubierto que la radiación solar puede afectar a los cinturones Van Allen de partÃculas de alta energÃa que rodea la Tierra de una manera más agresiva de lo que se creÃa.
Los cinturones se dividen en dos zonas distintas. El cinturón exterior, que se compone de electrones, se extiende desde aproximadamente de 25.500 a 51.000 kilómetros por encima de la superficie; mientras que el cinturón interior, que consiste en una mezcla de electrones y protones, se extiende desde 6.400 a 12.800 kilómetros por encima.
Según explica la NASA, los cientÃficos tenÃan conocimiento de que el cinturón exterior podrÃa llegar a activarse de manera más intensa durante las tormentas geomagnéticas del sol, sin embargo, todavÃa no se habÃa pensado que este tipo de acontecimientos también podrÃa afectar al cinturón interior.
Ahora simulaciones por ordenador sugieren que durante una tormenta de alto nivel los electrones en el cinturón interior, también podrÃan convertirse en energÃa y, la radiación podrÃa seguir siendo muy intensa durante varios años después de la tormenta. “El aumento de la radiación en la zona interna puede durar hasta una década y dañarÃa satélites durante años después de una tormenta muy fuerte”, ha explicado el autor principal del estudio, el fÃsico Shprits Yuri.
AsÃ, Yuri ha apuntado que la radiación podrÃa dañar los satélites en esa zona y, potencialmente, reducir sus vidas en cinco sextas partes o más. “No se destruirÃan todos los satélites a la vez, pero, según los cálculos realizados, una tormenta muy fuerte puede aumentar hasta diez veces la dosis de radiación en el cinturón interior lo que supondrÃa que, dentro de unos años, podrÃan desaparecer una porción significativa de satélites que recorren esta zona interna”.
Tras este hallazgo, los cientÃficos estudian formas de evitar que los satélites acaben dañados por las llamaradas solares. Según ha indicado Yumi, primero hay que calcular los riesgos y el coste estimado de lo que se pude hacer, ya que, si el coste es muy elevado “es posible que compense aceptar los riesgos y empezar a prepararse para reponer la flota”.
Parte de las incógnitas que aún quedan por contestar sobre este trabajo podrán despejarse en 2012, año en el que la NASA tiene previsto enviar dos misiones para estudiar los cinturones de radiación en el plano ecuatorial y en baja altitudes.