T. FUMERO | SANTA CRUZ DE TENERIFE
Mientras en España impera el silencio gubernamental, en Perú continúan surgiendo las informaciones acerca de la suerte que corren los tripulantes del Mattheos I, el petrolero con bandera de conveniencia chipriota y en el que navegan cinco marineros españoles -uno de ellos residente en Tenerife- y que fue capturado por piratas en aguas del Golfo de Guinea la pasada semana.
La última novedad surgida en los medios de comunicación peruanos son las declaraciones del mismísimo vicecanciller de aquel país, José Antonio Meier, quien reconoció al grupo informativo RPP que la tensa espera actual puede prolongarse en el tiempo mucho más allá de lo que se desea por estos lares.
Meier, que al igual que las autoridades españolas y la empresa armadora es partidario de considerar el asunto un robo y no un secuestro por el que se vaya a exigir rescate, reconoció concretamente que en estos casos “la situación de cautiverio dura entre siete a ocho días, pero que dependiendo de la cantidad de combustible a descargar, el tiempo se puede prolongar hasta tres meses”.
A este respecto, cabe recordar que el Mattheos I es propiedad de la empresa española Consultores Navegación, tiene 183 metros de largo y cuenta con una capacidad para 46.000 toneladas métricas.
Similar testimonio al de Meier ofreció Vilma Pardo, madre del peruano Edgar Ana María Pardo, copiloto de la embarcación, quien aseguró, tras una entrevista en la Cancillería peruana, que “nos han explicado que se tendrá que esperar, porque los piratas están retirando la mercancía y como el barco es inmenso vamos a tener que esperar”.
Más medidas
Por su parte y tal y como informa Efe, el Colegio de Oficiales de la Marina Mercante española solicitó ayer al Gobierno central “medidas para proteger a los tripulantes españoles” que trabajan en la zona del Golfo de Guinea.
“Creemos que el secuestro responde al intento de robo del cargamento de unas 40.000 toneladas de combustible que transporta el buque petrolero”, afirma el portavoz del Colegio, José María Arrojo, en un comunicado, en el que se detalla que el valor de la carga rondaría los 18 millones de euros.
“La costa africana está comenzando a ser insegura”, concluye Arrojo.