Les tengo que confesar que son dos de mis debilidades gastronómicas. Tanto el cochinillo como el cordero son manjares que hay que intentar degustar aunque sea una vez al año. Aquí en la Isla hay sitios magníficos donde los preparan en horno de leña y le dan ese toque y sabor que le saben dar en Valladolid, Ávila, o cualquier rincón de Castilla-León. Con papas panaderas y una ensalada de cebolla, lechuga y tomate y marinado con un buen tinto de los muchos y buenos que tenemos en Tenerife, es un espectáculo para echarse a llorar de gusto.
Pero esto no es una columna de opinión sobre gastronomía, que para eso ya esta Manuel Iglesias en este periódico y los Premios de Gastronomía de DIARIO DE AVISOS que están a la vuelta de la esquina un año más. Esta es una columna sobre deportes y sobre el CD Tenerife en particular, pero viene al pelo ya que ayer vimos algo que para mi es tan importante como ganarle al Albacete o empatar en La Roda. Ayer la plantilla se reunió en el estadio para compartir un cochinillo en unión y armonía. Y estos son los detalles que me reafirman en que si no se rompe el buen rollo que hay, el éxito deportivo está casi garantizado. Este tipo de encuentros son los que fomentan la complicidad fuera del campo que luego se traslada al terreno de juego. Y ver como a través de Twitter algunos jugadores ponían fotos del momento y bromeaban con cuestiones entre ellos es algo que hay que resaltar. Siempre hay algún momento de tensión y algún encontronazo en el día a día de convivencia en un vestuario y entre 23 futbolistas que lo componen, aunque de momento en el Tenerife no ha existido ninguna fricción relevante. Esas convivencias y comidas de grupo también ayudan a ganar partidos.
Y eso, en parte, se lo debemos a Cordero que ha logrado reunir a un puñado de buenos futbolistas y gente joven con hambre en el césped y por lo visto, fuera de él también. Y por supuesto que hay que remarcarlo. El momento de estar en torno a mesa y mantel y que no solo se hable de fútbol provoca feeling en las relaciones humanas que luego te sirve para entender mejor al que tienes de compañero en la defensa o al que le tienes que dar el último pase de gol.
Desde luego que tienen buen gusto los miembros de esta plantilla, aunque si tuviera que elegir, donde este un buen cochinillo que se quite el cordero y sus chuletillas o paletillas. ¡Buen provecho!