ÁNGELES RIOBO | Santa Cruz de Tenerife
María de las Nieves Yanes vive con el miedo en el cuerpo desde que el pasado mes de agosto empezó a ver grietas en su piso de la calle Jesús Nazareno, en Santa Cruz. La afectada, de 56 años, achaca la situación al comienzo de una obra en un solar colindante que tiró parte del muro de contención de su edificio. Con fisuras incluso en las paredes su dormitorio, lleva un mes y medio yendo a dormir, cada noche, a casa de su madre, en La Laguna. La obra, que comenzó el pasado cuatro de agosto, ha sido precintada el lunes 11 de octubre por el Consistorio santacrucero.
Tras varias averiguaciones, ella y sus vecinos constataron que la obra carecía de licencia. “Tenían una licencia de obra menor, pero incluso llegaron a meter una pala que hizo un gran boquete en el garaje”, lamenta y señala que además la obra ha causado desperfectos en los locales comerciales que lindan con el solar. Debido a los numerosos desperfectos tanto el administrador del edificio, como el propietario de un establecimiento comercial cercano han presentado varias reclamaciones al Ayuntamiento, que se encuentra a unos escasos cien metros del lugar. “Presentamos varios escritos al Ayuntamiento pero no nos hicieron ningún caso. Es mucha casualidad que justo cuando nos hemos puesto en contacto con ustedes (DIARIO DE AVISOS), precintan la obra a los dos días”, arguye Nieves.
“Todo el edificio está tocado”, asegura la vecina, presa de la indignación, para, a continuación, mostrar las numerosas grietas y juntas separadas que presenta su domicilio, justo en el lado que coincide con la obra. Al comprobar la existencia de grietas y fisuras en su casa, tanto en las habitaciones y en la la azotea del edificio, como en el garaje, ella reitera que tales grietas aparecieron desde que la pala excavadora empezó a picar, y no antes. De igual forma, Nieves añade que la constructora se niega a afrontar los desperfectos que ha causado en el edificio. “En el garaje han puesto un remedio casero, que es más un parche que otra cosa, pero yo quiero saber quién me va a solucionar el problema de las grietas”, deplora.
Multa
La obra se inició el pasado cuatro de agosto. Según los testigos, en ella trabajaban unos cuatro o cinco albañiles. “A pesar de la envergadura, en ningún momento vi a ningún arquitecto ni aparejador, relata la afectada, quien asegura que la constructora responsable se enfrenta a una multa de 1.500 euros, y la obligación de presentar un proyecto de obra en un plazo de tres meses. “Yo lo que quiero es que me arreglen las grietas. Que hayan precintado la obra no me da ninguna seguridad. He consultado con un arquitecto que me asegura que la pared de mi habitación no va a ceder, pero yo sigo con el miedo en el cuerpo”, lamenta esta vecina, quien avanza que no volver a dormir en su piso hasta que no le den una solución. María de Las Nieves añade que no descarta solicitar daños y perjuicios “al Ayuntamiento o a quien sea”, concluye.