
JUAN MANUEL PARDELLAS | Santa Cruz de Tenerife
La recuperación económica depende de la confianza. Y ésta sólo la ofrece Mariano Rajoy. En la segunda entrega de la entrevista del líder del PP, José Manuel Soria, concedida a DIARIO DE AVISOS, éste ofrece más fórmulas para recortar el presupuesto público en Canarias y se muestra contrario al Plan Renove de la industria turística en las Islas que promueve el presidente Rivero, que califica como “producto de marketing político”.
-Como miembro del cuerpo de economistas más destacado de este país, ¿puede explicar a las familias la verdad de esta crisis?
“Deben saber que tiene arreglo. Y para ello se puede hacer mucho desde el Gobierno de la nación. Por ejemplo, mejorar las condiciones para que haya más empleo, mejorar el sistema financiero para que haya más crédito para las pequeñas y medianas empresas. Y aquí en Canarias también se pueden hacer cosas, como priorizar los pocos recursos que hay para la sanidad, la educación y los servicios de dependencia. Todo lo demás tiene que sufrir ajustes y restricciones”.
-Pero eso es más una declaración política. Le pido como economista. Me refiero a las familias.
“Son ellas las que nos enseñan lo que se debe hacer. No conozco a ninguna familia que no se haya ajustado el gasto. En muchas casas difícilmente se llega a fin de mes, incluso para comer. Las vacaciones, comer fuera, hace muchos meses que no se hace. Y lo que debe hacer un Gobierno es exactamente lo mismo que una familia, priorizar el gasto”.
-¿Cómo teniendo menos ingresos se va a mantener el mismo nivel de prestaciones en los servicios esenciales de la sanidad, educación y servicios sociales? ¿Cuál es la fórmula de gastar lo mismo ingresando mucho menos?
“Es muy sencillo. Incluso en esos servicios esenciales hay aspectos de gasto corriente en los que se puede disminuir mucho el gasto. De donde jamás hay que recortar es en la atención a un diabético, ni en la radioterapia para un enfermo de cáncer, ni en el marcapasos para quien tiene una lesión cardiovascular. De donde sí se puede recortar es de la organización de congresos, jornadas, eventos, viajes, revistas para lucimiento de los consejeros…”
-Eso ya se está haciendo, ¿no es así?
“En la legislatura anterior, seguro. Ahora, con este Gobierno, lo que está claro es son los recelos políticos de los dos partidos”.
-¿Por qué dice que muchos ajustes que usted propuso como responsable de Economía se los tumbó el presidente?
“Hay abundancia empírica en las hemerotecas. Le pongo un ejemplo: propuse la limitación del uso de los coches oficiales y el presidente saltó diciendo que era una ocurrencia”.
-¿De dónde más se puede recortar que no le dejaran entonces?
“Número de consejerías, viceconsejerías, direcciones generales, asesores, personal de confianza, gastos de desplazamientos, dietas, representación, de ediciones de revistas de las distintas consejerías para que salga el consejero en la portada… ¿para qué sirve todo eso? Disminuir el número de empresas públicas, de fundaciones, de organismos y agencias públicas…”
-¿Y lo propuso?
“Antes de entrar en el Consejo de Gobierno de La Palma, Paulino Rivero y yo tuvimos una reunión. Le mostré el plan, se lo expliqué y me dijo, como siempre, “sí, sí, sí, me parece bien…” Hasta hoy, que es no”.
-Usted es defensor de frenar el gigantismo de la administración. ¿Con el PP se podará la enredadera?
“El modelo autonómico está consagrado en la Constitución y es de éxito global. Una parte importante del avance de España en estos últimos años se debe a sus fortalezas. Creo que se debe reconducir el volumen exagerado, el volumen que se ha adquirido, sin distinción de colores políticos. No es una cuestión ideológica, es que ya no va a existir dinero para sostener tal volumen de gasto público. La prioridad de las autonomías no es tener más competencias, sino gestionarlas mejor”.
-¿Cuáles se pueden gestionar mejor en Canarias?
“Todo el mundo lo sabe: empleo, cursos para formación de cámaras, sindicatos, agencias, confederaciones, ni con la educación”.
-¿Confía en el Plan Renove turístico que defiende el presidente?
“No confío en ningún producto de marketing político. En turismo creo imprescindible seguir manteniendo nuestro clima, la hospitalidad, que quienes nos visitan tengan una recuperación sostenible y, sobre todo, permitir a los empresarios desde una tienda hasta un parque de atracciones o un hotel, hacer las inversiones necesarias para renovar los equipamientos anticuados y, sobre todo, permitir que los ayuntamientos aprueben los planes para acometer la rehabilitación de los espacios públicos”.
-¿Y eso no es el Plan Renove?
“Qué va, no incide en la regulación”.
-¿Cuál es su fórmula para bajar las dramáticas cifras del paro en Canarias?
“Es un asunto de política económica nacional, porque el margen de maniobra de una Comunidad Autónoma no es muy elevado. Aquí tenemos una alta dependencia del turismo y de él el sector que más mano de obra necesita, que es la construcción. O cambia el marco económico financiero en España o va a ser muy difícil que en Canarias se genere empleo”.
-¿Y no es lo que se ha hecho ahora en este último mes?
“No, no es la fórmula. No se puede introducir más temporalidad. Es justamente lo contrario. Hay que generar confianza para que la gente tenga una herramienta permanente de trabajo y no esa maraña actual de tipos de contratos. Un único contrato y una indemnización, que, lógicamente, se tiene que bajar. Mire que son ironías de la política: un Gobierno supuestamente de izquierdas es el que ha introducido la temporalidad ad infinitum de los contratos laborales”.
-Dependiendo de las cifras que se manejen, hay entre 260.000 y más de 300.000 personas en paro en las Islas, según el Servicio Canario de Empleo o la EPA. Los analistas aseguran que, como máximo, sólo hay capacidad objetiva de crear 100.000 puestos de trabajo. ¿Qué dice a los 160.000 restantes?
“Es que no comparto ni ese análisis. La capacidad de crear empleo depende de lo dinámica que sea una economía y las empresas. Aquí hay proyectos, iniciativas e ideas, hasta con financiación, para generar muchísimos empleos. Le hablo también de pequeños ganaderos o talleres. Y no pueden, no se les permite, encuentran pegas por todos lados. Insisto en la necesidad de aclarar toda la maraña burocrática y administrativa que hay. Ahí sí tiene margen de maniobra la Comunidad Autónoma”.
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“Cuando decía a mis amigos en Harvard que en mi tierra me criticaban, se partían de la risa”
-¿Qué le dice al alto funcionario de cuerpos de técnicos comerciales y economistas del Estado que no pudo disfrutar de la beca en Harvard porque usted ocupó una plaza?
“Un hubo ninguno en ese caso. Esta es la tercera edición dirigida a este colectivo. En los dos últimos años han ido unos treinta o cuarenta. Y la intención de nuestra asociación, que es privada, es que vayamos todos para crear una red de expertos en economía internacional y que, más allá de haber aprobado una oposición y estudiar teoría económica, tengamos la oportunidad de ir a Harvard durante unos días para escuchar directamente la nuevas teorías y modelos que se están acuñando”.
-¿Cuándo le propusieron ir no se le pasó por la cabeza que debía tener preferencia otra persona de su asociación que no estuviera en primera línea política, como usted?
“En absoluto, todo lo contrario. Dije: ‘Qué suerte que alguien en política activa que ha hecho esta oposición pueda ir’. Como miembro de la asociación me envían todas las convocatorias, y con tantos trienios fíjese si tengo opciones para optar a una plaza en la oficina comercial de Pekín, Kuala Lumpur, Washington, Londres, París o Manila. Por cierto, con remuneraciones mensuales que oscilan entre 15.000 y 25.000 euros. Es que esa es mi profesión. Consejero comercial, ahora en excedencia”.
-¿De verdad no entiende que a alguien le chirríe esta situación?
“Sí, hombre. Le chirría a gente que no sabe de lo que va esto”.
-¿Y de qué va?
“Esto es sólo para técnicos comerciales del Estado, unos 400 en toda España. Cuando mis amigos escuchaban que en mi tierra me criticaban por esto se partían de la risa y me decían que estaba exagerando. Es cierto, llevo 16 años en política activa, pero estoy en servicios especiales, me podría reintegrar mañana mismo. Mi asociación me envía diariamente multitud de ofertas para formarme. Y sólo para los miembros de esta asociación”.
-¿Cuánto tuvo que poner de su bolsillo?
“No lo he calculado. Me costeé el viaje y todo lo demás, porque con los 800 dólares que me dieron de beca no me pude pagar el hotel, porque Boston es una de las ciudades más caras de América. Me costó mucho de mi bolsillo. Para mí, el saber no ocupa lugar”.
-¿Cómo resume su experiencia allí?
“Fue muy interesante, con los primeros espadas en economía internacional, algunos de ellos muy jóvenes, de 30 a 40 años, considerados la élite en materia económica y, sin embargo, muy humildes. Harvard y el MIT son distintos a cualquier otro centro del mundo, con excepciones como Yale, Princeton y Berkeley o Chicago. Hay una idea clara: se financian fundamentalmente con donaciones de fundaciones. De ahí se nutren las becas. Allí, el 70% estudia con beca, nadie mira el tamaño de tu bolsillo, sino si vales o no, por lo que sabes hacer y vas a aportar”.
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