El extremo Ferrán Tacón abrió el marcador para los blanquiazules a los siete minutos de iniciarse el encuentro. / SERGIO MÉNDEZ
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CD Tenerife 3 – 0 Montañeros CF
Encuentro correspondiente a la séptima jornada del Grupo I de la Segunda B
CD Tenerife: Aragoneses; Cristóbal, Medina, Tarantino, Meji; Kitoko, Marcos Rodríguez; Perona (Rosquete, min. 72), Víctor Bravo (Nico, min. 61), Ferrán Tacón; y Kiko Ratón (Zazo, min. 90).
Montañeros CF: Rafa; Ángel Luis, Lozano, Capi (Cubas, min. 72), Dopico; Tetteh, Lago (Moisés, min. 40), Herbert, Romay; Jimmy (Cano, min. 53); y Rubén.
Árbitro: Miguel Ángel Ortiz, del colegio madrileño. Amonestó por los locales a Tarantino.
Goles: 1-0 (min. 7): Ferrán Tacón. 2-0: (min. 21) Kitoko. 3-0: (min. 88) Kiko.
Incidencias: Rodríguez López. Terreno de juego en regulares condiciones. Mañana calurosa. 9.241 espectadores. Lago se retiró con una rotura fibrilar.
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MARTÍN TRAVIESO | Santa Cruz de Tenerife
El CD Tenerife arrolló al débil Montañeros. El de ayer era un partido para reivindicarse. Para dar un paso más. La grada exigía una victoria contundente y a los blanquiazules no les quedó otro remedio que contentar a su exigente y entendida afición. Ferrán Tacón, al poco del comienzo; Kitoko, con ayuda de un defensa; y Kiko, al borde del final, dieron buena cuenta del cuadro gallego, probablemente el rival más débil de todos cuantos han pasado por el Heliodoro hasta la fecha.
Es justo reconocer que uno de los protagonistas en el encuentro de ayer fue el entrenador local: Antonio Calderón. Acertó a dar un giro al esquema ofensivo cuando el equipo lo necesitaba. Varió el dibujo (empleó un 4-2-3-1) y las posiciones de los atacantes: Perona entró al carril derecho; Víctor Bravo pasó a la mediapunta; y Ferrán se reencontró con el perfil zurdo. Todo un acierto del gaditano.
Eso, unido a que el equipo saltó enrabietado al campo, probablemente por culpa de las críticas que había recibido tras encajar el pasado fin de semana la primera derrota de la temporada, supuso que desde el principio el cuadro local arrollase al visitante.
Otro aspecto que también cambió ayer fue la idea a la hora de atacar. Hasta ahora el Tenerife abusaba del desplazamiento en largo, buscando así la cabeza de Kiko. Ayer apenas se utilizó ese recurso. Los jugadores optaron por sacar la pelota jugada desde atrás. Kitoko y Marcos se escalonaron a la perfección en la medular, por lo que el gallego bajaba a buscar la pelota con soltura.
Calderón cambió el sistema y dibujó en el campo un 4-2-3-1, que funcionó bien. / SERGIO MÉNDEZ
Cristóbal también se contagió de ese desparpajo y al poco del inicio, en el minuto siete, se aventuró a subir por completo su carril, el derecho, y a servir un buen centro que no dudó en rematar Ferrán Tacón al primer toque. La pelota entró por el segundo palo del portero, que nada pudo hacer para que subiera al marcador el temprano gol. El 1-0 tranquilizó a los de Calderón y metió aún más miedo en el cuerpo al equipo gallego, que desde el principio había tomado muchas precauciones defensivas. Su rival tocaba la pelota con criterio y entraba por los flancos con soltura. Creaban superioridad y llegaban a la portería de Rafa.
Así llegaron varias acercamientos peligrosos a la meta del Montañeros. La más relevante aconteció en el minuto 13, cuando Víctor remató de cabeza, pero muy alto, un centro de Ferrán. Replicaron los de La Coruña con un disparo lejano de Iago Iglesias, que tuvo que abandonar el terreno de juego lesionado en el minuto 35 tras chocar fortuitamente con Kitoko. Era el mejor del Montañeros y sus compañeros notaron en exceso su ausencia.
Antes de eso, el Tenerife ya había cobrado más ventaja en el marcador. En el minuto 21, Kitoko arrancó en solitario desde la medular.
Aprovechó un pasillo que encontró para disparar a portería, con la buena fortuna de que su lanzamiento lo desvió un defensa del Montañeros y se coló en la meta coruñesa. El 2-0 hacía justicia a lo que sucedía en el campo.
Después del tanto del belga, el enfrentamiento perdió mucha intensidad. El Tenerife controlaba el encuentro con comodidad y el Montañeros demostró ser un equipo tierno, sin intensidad, sin agresividad y falto de coraje. Ni faltas cometían. Nada. Cero absoluto. Así se llegó al descanso.
Pitos, en la segunda parte
Una vez en la caseta, Calderón debió repartir entre los suyos tranquilizantes por doquier.
Los blanquiazules saltaron al campo medio dormidos, lo que permitió que el voluntarioso, pero inofensivo, Montañeros le pusiera en algún aprieto leve. Aragoneses tuvo que intervenir para sujetar un tiro lejano de Rivera en el minuto 66.
La desidia local encrespó a la afición, que irritada pitó a unos jugadores que eran incapaces de cerrar el partido definitivamente. Calderón reaccionó desde el banquillo dando entrada a Nico y Rosquete, pero no hubo mejoría alguna.
Ferrán Tacón seguía siendo el futbolista más desequilibrante, pero también el había perdido su chispa, probablemente por la intensa humedad del ambiente y por el mal estado del terreno de juego.
En todo caso, el marcador nunca corrió peligro. Siempre estuvo a favor del Tenerife.
No obstante, solo pudo ser ampliado al borde del final, cuando en el 88 Kiko ‘Ratón’ remató de cabeza el séptimo córner que lanzaba el equipo. El 3-0 supuso el alivio definitivo para a grada, que por fin respiraba tranquila.
Zazo pudo hacer el cuarto en el descuento, pero su disparo en boca de gol fue despejado in extremis por el guardameta gallego.
El partido acabó sin más sobresaltos. Lo mejor, los tres puntos, que sirven para conservar la segunda plaza.