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EL ESCENARIO ARABOMUSULMÁN > DIÁLOGOS CON UN EXPERTO

“Cada día que pasa va en detrimento de un Estado palestino”

   

El profesor José Abu-Tarbush, de la Universidad de La Laguna, forma parte de un singular grupo de investigadores del mundo árabe. | DA

NURIA ROLDÁN-ARRAZOLA | Santa Cruz de Tenerife

Hace pocos días, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, hizo una solicitud ante Naciones Unidas (ONU) en busca del reconocimiento de Palestina como miembro de pleno derecho de esa institución internacional. Esta iniciativa no cuenta con el beneplácito de Estados Unidos, por lo que se prevé que quede aparcada. “Cada día que pasa va en detrimento de la construcción de un Estado palestino”, deja constancia en esta entrevista el profesor de la Universidad de La Laguna José Abu-Tarbush.

-Estamos ante un nuevo escenario de crisis económico-financiera mundial que cambia los equilibrios y las alianzas existentes. ¿Cómo puede afectar esto al conflicto israelo-palestino?

“Es evidente la conexión entre los factores políticos y los económicos, pero quizás sea todavía pronto para ver las repercusiones de la actual crisis en la región, donde no todas las economías ni todos los sectores están igualmente globalizados. Previamente, se advierten tres importantes transformaciones”.

-¿Cuáles son exactamente?

“Primero, el cambio operado en la estructura de poder del sistema internacional con el final de la guerra fría (1989-1991), que dejó a Estados Unidos sin ninguna potencia rival en Oriente Próximo. Segundo, la respuesta militarista de la Administración estadounidense tras los dramáticos acontecimientos del 11-S, con su intervención en Afganistán (2001) e Irak (2003), que tuvo un efecto contraproducente, tanto en el combate del terrorismo yihadista como en Irán. El desmantelamiento del Estado iraquí (no solo del régimen) pretendía justificar la presencia militar estadounidense, pero también convirtió a Irak en caldo de cultivo y en atracción del terrorismo, además de otorgar nuevas cartas en el juego regional a Teherán. Por último, los cambios políticos internos propiciados por las revueltas árabes tendrán importantes repercusiones en el orden regional”.

-¿Por ejemplo?

“Un claro ejemplo es lo que ha sucedido en las últimas semanas en Egipto, sin olvidar el emergente papel de Turquía en la política regional. Por razones diferentes, ambos estados se han distanciado de Israel. Con independencia del grado de apertura y de democratización, la política exterior de los estados de la región tendrá que tomar en cuenta las opiniones públicas”.

-¿Cree usted que veremos cambios en las relaciones bilaterales de los países europeos respecto al ámbito árabe?

“Las concepciones clásicas de seguridad han quedado obsoletas y se han mostrado contraproducentes hasta el punto de cosechar el efecto contrario al buscado. Existe una larga trayectoria de apoyo europeo y estadounidense a las dictaduras de la región, justificado durante la guerra fría para contener la magnificada amenaza del comunismo. Y, en realidad, la Unión Soviética tuvo una presencia muy débil y efímera en la región. Durante la posguerra fría, se ha agitado el fantasma del islamismo y luego del terrorismo para seguir justificando el apoyo a las autocracias árabes. Uno de sus mayores malabaristas, aunque no el único, ha sido Sarkozy, que pasó de ofrecer asesoramiento a Ben Alí para reprimir a su pueblo a convertirse en el campeón de la defensa de los derechos humanos, las libertades y la democracia en Libia, perfumada de petróleo. Sin embargo, no ha tenido la misma firmeza para apoyar el ingreso de Palestina en la ONU”.

-Su apoyo está condicionado a que solo sea un Estado observador, ¿no?

“Sí y a que no recurra a los tribunales internacionales para denunciar su situación de ocupación militar y violación sistemática de los derechos humanos por parte de Israel”.

-¿Qué papel desempeña la Unión Europea?

“La Unión Europea carece de una política exterior y de seguridad común. Pese a asumirla en la teoría, en la práctica se muestra fragmentada y, por tanto, no es efectiva. A la UE le sobran razones para tener una mayor implicación en la región. Algunos de sus estados tienen una evidente responsabilidad política por su pasado colonial (Gran Bretaña, en el conflicto de Israel y Palestina), además de compartir el mar Mediterráneo e intereses comunes: en materia de seguridad, no solo militar o reducida a la amenaza terrorista, sino también medioambiental, alimentaria y humana, basada en el respeto a los derechos humanos, al Estado de derecho y a la democracia. Todo ello, unido a las oportunidades en materia energética, económica y comercial.

-¿La estabilidad y la prosperidad del sur del Mediterráneo son la mejor garantía ante la inquietud que genera la inmigración masiva?

“Sin duda. Tampoco olvidemos que una parte de la ciudadanía europea es de origen extracomunitario y, en particular, arabomusulmán. Solo hay que fijarse en quiénes encabezan las manifestaciones en Londres, París, Berlín o Madrid ante los acontecimientos registrados en la región en los últimos años para advertir por dónde se encaminan las nuevas sensibilidades sociopolíticas”.

-¿Es posible un Estado palestino en las actuales circunstancias?

“Cada día que pasa va en detrimento de la construcción de un Estado palestino. La escalada colonizadora de los sucesivos gobiernos israelíes ha fragmentado el territorio palestino, imposibilitando la continuidad territorial y la viabilidad económica de un futuro Estado. El Gobierno de Netanyahu, formado por una coalición de partidos ultraderechistas y fundamentalistas, tiene una clara vocación colonial y pretende hacer materialmente irreversible la ocupación y políticamente irresoluble el conflicto. Solo está dispuesto a admitir una entidad palestina de dimensión subestatal, subordinada a las exigencias políticas, económicas, demográficas y de seguridad israelíes. Semejante política excluye la resolución del conflicto basada en la opción de los dos estados”.

El profesor José Abu-Tarbush, de la Universidad de La Laguna. | DA

-¿Cuál sería la alternativa?

“La de un solo Estado, la de todos sus ciudadanos, sin discriminación por su origen étnico-confesional. Israel no podrá mantener indefinidamente su política de ocupación y apartheid”.

-Es poco frecuente que trasciendan los conflictos sociales de Israel a la comunidad internacional. ¿Qué interpretación da a las revueltas ciudadanas de este verano? ¿Es Israel una comunidad tan cohesionada por la religión como parece?

“En efecto, el conflicto ha solapado sus contradicciones internas e incluso ha contribuido a atenuarlas. El giro hacia políticas de derecha, ultranacionalistas y neoliberales ha barrido la simbiosis entre capitalismo y comunismo que pretendía ser el kibutz, su buque insignia, construido sobre territorio conquistado a la población nativa. La actual contestación política se limita a la ciudadanía israelí sin sobrepasar la línea verde, del armisticio, ni reivindicar la misma justicia social para la población palestina. Sin embargo, ambas situaciones tienen una clara conexión: el presupuesto militar israelí se realiza a expensas de sus políticas sociales y sólo beneficia a su complejo industrial-militar”.

-Hemos asistido recientemente a los actos de conmemoración del décimo aniversario de los atentados del 11 de septiembre. ¿Qué mensaje se ha enviado a la sociedad arabomusulmana?

“En su afamado discurso en El Cairo (2009), Obama intentó reconciliar a Estados Unidos con el mundo árabe y musulmán, distanciándose de la anterior Administración neoconservadora, y también ha brindado su simpatía a las revueltas prodemocráticas (con la salvedad de las petromonarquías del Golfo). No obstante, sus discursos deben secundarse con acciones para que cobren credibilidad. En este sentido, su negativa a la admisión del Estado palestino en la ONU es una prueba de fuego. De momento, intenta evitar el veto para no pagar su peaje político. También hay que esperar a diciembre para constatar si finalmente retira sus tropas de Irak. Es probable que sea más un repliegue que una retirada, y que no desmantelen sus bases militares en el país”.

-¿Prevé un cambio en la postura española con respecto al conflicto israelo-palestino ante un más que previsible cambio de gobierno?

“El compromiso del Gobierno actual no es muy diferente de la mencionada postura francesa, aunque es cierto que ha mostrado mayor sensibilidad en otros aspectos como Estado donante. El Partido Popular tendrá que aclarar primero su situación interna, aunque entiendo que Rajoy será más moderado en política exterior que Aznar”.

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Mirada y reflexión

El profesor José Abu-Tarbush forma parte de un singular grupo de investigadores del mundo araboislámico que, habiendo aprendido a destejer el entramado colonial de los estudios al uso sobre esta realidad, no ha caído en la condescendencia a veces habitual entre estudiosos de este ámbito. Aplicar la metodología científica a los estudios sociales no es labor sencilla, como ocurre con hacer accesible lo complejo, con buscar lo común en lo diverso o con poner en valor las necesidades de las poblaciones por encima de los eslóganes políticos e ideológicos. Por esta senda transita este sociólogo de las relaciones internacionales, que desteje, cual Penélope, el tapiz de los incipientes escenarios en los que deberán moverse las sociedades y los hace accesibles a los lectores.

En relación al significado sociopolítico de la petición de la ANP para el ingreso de Palestina en la ONU merece una reflexión y una mirada bien dirigida, con el objeto de analizar los cambios que en política internacional se están produciendo en esta región del planeta (Oriente Próximo) y cómo ello afecta al resto del mundo.

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