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Canarias en Europa > Antonio Alarcó

   

La construcción de la Unión Europea se encuentra en los últimos meses en la dura encrucijada que ha de llevarnos a reconsiderar en qué se ha convertido este proceso de unificación económica y política. El más afectado es el ciudadano griego, que no comprende cómo en pocos años su país ha pasado de organizar unos Juegos Olímpicos a verse en la bancarrota.

Grecia, que no suma ni el 3% del PIB continental, atraviesa una de las crisis más duras que se recuerdan en un país democrático después de la Segunda Guerra Mundial. Desde 2009 suman dos rescates económicos, cinco huelgas generales (la última el pasado miércoles) y una pérdida de derechos sociales sin precedentes.

En este complejo escenario, amenazado por la crítica situación de miembros históricos de la Unión como Grecia, Portugal e Irlanda, cabe preguntarnos cuál es la posición de Canarias. La ampliación a 27 estados motivó que el Archipiélago -en otro momento Región Objetivo I debido a que su renta per cápita estaba por debajo del 75% de la media comunitaria -, se ubicase en la mitad de la tabla, por encima de países en proceso de reconstrucción. El Tratado de Ámsterdam dio sentido por vez primera al término Región Ultraperiférica (RUP), para referirse a nueve territorios insulares como Canarias, alejados físicamente del continente, pero que también son suelo europeo. Un proceso de reconocimiento de nuestra especificidad en el que fue decisivo el eurodiputado canario Fernando Fernández. Acompañados por nuestro actual representante en el Parlamento Europeo, Gabriel Mato, una representación del PP canario de la que tuve el honor de formar parte, pudo acercarse esta semana a Bruselas y palpar el trato diferenciado que se nos dispensa.

Somos, con mucha diferencia, la mayor de esas regiones y la más poblada, con lo que gozamos de más fondos estructurales que ninguna otra. Pero ese dinero no siempre ha tenido el mejor uso posible. Han mejorado carreteras y comunicaciones, se ha invertido en modernizar algunos sectores, y cierto es que las diferencias con la Europa continental se han reducido, pero no se ha sabido emplear ese capital en diversificar nuestra economía o garantizarnos nuevas fuentes de energía. Dentro de la UE, nuestra tasa de desempleo, en algunas zonas del 35%, es superada tan sólo por la Isla de Reunión, en medio del Pacífico. Lideramos las cifras del paro juvenil, el abandono escolar y la destrucción de empresas, y nuestro más valioso capital humano, abandona las Islas buscando opciones en otros países.

El Horizonte 2020, para el que la Unión Europea se ha marcado una verdadera hoja de ruta en el ámbito de la agricultura, la investigación o las energías, ha de ser también el de nuestro definitivo despegue. Los fondos de que dispondremos cada vez habrán de ser menores, pero contamos con el instrumento que supone el Régimen Económico y Fiscal de Canarias y todo lo que conlleva: exención de tributos, beneficios a la inversión externa, la Zona Especial Canaria y la Reserva para Inversiones. Nuestro futuro pasa por sacar rendimiento a estos caracteres diferenciales, a los beneficios de programas de ayudas como el Posei y a las ventajas de gozar de privilegios en plena era de la liberalización comercial. Nuevas infraestructuras, mejores comunicaciones, inversión en I+D+i+d, y potenciar un nuevo modelo energético, son las claves de esa Canarias cohesionada, cuyas prioridades estén perfectamente definidas. Mirar solo hacia dentro nos empequeñece. Es importante comprender que nuestro futuro depende de que nos relacionemos unidos con el exterior. Cobran sentido las palabras conectividad y competitividad, es decir, el modo en que nos comuniquemos con nuestro entorno, y la preparación que tengamos para poder prestar servicios más allá de nuestras fronteras. Los grandes problemas canarios siempre han requerido soluciones nacionales y europeas, y sólo los partidos políticos con esa representatividad nacional y europea podrán ayudarnos en los retos que se nos plantean de cara a ese Horizonte 2020.

Lo cierto es que CC nunca ha sabido entender a nuestras Islas como lo que somos, una verdadera plataforma entre tres continentes. Y no sólo por ubicación geográfica, sino también por nuestra cultura, demografía e historia. Tenemos grandes potencialidades derivadas de nuestra posición geográfica, nuestro clima y la capacidad de nuestra gente, pero nos ha faltado un buen gobierno que supiera sacar rendimiento a estos activos.

*Portavoz del Grupo Popular en el Cabildo de Tenerife y senador por la Isla