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opinión > por Rosa Villacastín

El fondo de armario de la familia real > Rosa Villacastín

   

No ha sido una celebración más, no, tampoco una despedida del presidente del Gobierno al uso. Ha sido una Fiesta Nacional en la que ha estado muy presente la crisis económica, la marcha de Zapatero y el estado de salud del Rey Juan Carlos, después de la última operación que le obliga a llevar muletas, y por tanto a abreviar el famoso besamanos que tiene lugar en el Salón del Trono del Palacio Real. Un ágape en el que se puede charlar con los miembros de la Familia Real, sin necesidad de pedir audiencia, sobre temas de actualidad o de asuntos que pueden rozar la frivolidad pero que tienen su trascendencia. Por ejemplo, me llamó mucho la atención que tanto la Reina Sofía, como la Princesa de Asturias, como las Infantas Elena y Cristina repitieran traje, sabiendo que este tema acapara la atención de muchos de los periodistas.

La explicación es sencilla: en época de crisis hay que dar ejemplo. Una razón lo suficiente convincente como para que la Infanta Elena desempolvara el traje que lució en la boda de su hermana. Un dos piezas en color rosa que le sentaba como un guante. Señal de que se mantiene en su peso. En la misma línea, aunque menos sofisticada, iba la Princesa de Asturias, que llevaba un tweed, en el que primaban los rosas. También la Reina repetía traje, un malva dos piezas, así como la Infanta Cristina, en tonos marrones y beiges.

Es difícil encontrar en un festejo al que acuden mil personas a alguien que pueda hacerles sombra a las mujeres de la Casa Real, y sin embargo haberlas, haylas. La ministra Cristina Garmendia fue sin duda la más elegante, junto con María Dolores de Cospedal, Carmen Alborch, siempre a la última, y Elena Salgado, a la ministra los prohombres de la política y la economía que no la dejaron ni un momento libre. Lo mismo ocurrió con Rodrigo Rato, a quien no se le borra la sonrisa desde que sabe que los suyos caminan seguros hacía la Moncloa. Entre los muchos corrillos que se organizaron destacaba el de Francisco Fernández Ordóñez, Carmen Cafarell y Alberto Aza, uno de los más estrechos colaboradores de don Juan Carlos, hoy jubilado como Jefe de la Casa del Rey, a quién el Rey ha nombrado, consejero privado, lo que demuestra la gran confianza que tiene en él.