VERÓNICA MARTÍN | VALVERDE
Ya lo pueden ver e, incluso, si se acercan más de lo debido, oler. La lava que lleva desde el pasado 19 de julio intentando salir para convertirse en un volcán está cada vez más cerca de la superficie y ya ha encontrado un camino –o varios- para hacerlo. Es un proceso que se repite de forma habitual en muchas zonas volcánicas del Planeta pero que, en El Hierro, es inédita al menos desde la perspectiva histórica. Es la primera erupción volcánica de la Historia de la Isla y nace siendo tuiteada. Qué cosas.
Los herreños no se habían olvidado de que viven día a día con el nacimiento de este nuevo volcán que aún no tiene nombre. Sin embargo, desde ayer por la tarde el proceso eruptivo comenzaba a ser un espectáculo visible. Tras las manchas de color verde, aparecidas en frente de La Restinga a principios de esta semana y que fueron precedidas de un tremor volcánico, ayer comenzaron a verse los piroclastos humeantes, un nuevo término geológico que los habitantes de la zona ya han incorporado al particular máster de vulcanismo popular que llevan recibiendo in situ todo el verano.
Estas especies de burbujas en el mar pronto se convirtieron en un espectáculo y ya, por la tarde, muchos curiosos se agolpaban en los miradores de la zona para observarlas. Con unos simples prismáticos era posible ver cómo unos penachos de gas convertían en burbujas la superficie del, ahora, mal llamado Mar de las Calmas. Con una cámara con suficiente capacidad de acercamiento se veía la mancha –que ha variado de color hacia el marrón- como un gran yacuzzi.
La explicación científica a este fenómeno la daba, horas después, el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Ramón Ortiz quien insistió en que “solo el volcán” sabría responder a todas las preguntas relacionadas con cuándo y cómo acabará todo.
Para Ortiz, lo de ayer es la evidencia de que estamos ante una erupción volcánica submarina en aguas someras. En esta ocasión, se baraja que el foco eruptivo se encuentre a menos de 150 metros de la superficie y que la boca del mismo sea de, aproximadamente, un metro de diámetro.
Desde el lunes, los materiales magmáticos se han ido apilando formando un nuevo edificio volcánico aunque los científicos no pueden precisar aún la ubicación exacta del lugar por donde está saliendo el magma.
El científico asesor del Plan de Protección Civil por Riesgo Volcánico (Pevolca) explicó que las burbujas que se podían observar se deben a que el magma que sale en el interior del mar asciende a la superficie en forma de pompas que, una vez allí, se rompen dejando escapar el vapor que tienen en el interior. A estas pompas le acompañan, también, material piroclástico procedente del interior de la tierra y que emerge a la superficie que son los restos negros que se pueden observar en algunas imágenes. Afirmó, también, que la evolución posterior será que se genere más vapor que subirá hasta crear una “bonita columna” que puede llegar a tener varios cientos de metros. Tras esta fase, lo habitual es que sea el magma el que salga como lava negra en forma de cola de gallo. La unión del agua con el magma, cuando esté a menos de 50 metros, será la fase más compleja del proceso porque la unión de ambos elementos puede generar momentos explosivos en los que fragmentos de piedras pueden expulsadas varios cientos de metros por el aire.
Posteriormente, si el magma sigue saliendo se formará un pequeño islote y se continuará la emisión de lava de forma mucho más tranquila la no haber intrusión de agua en el magma.
Todo el proceso, Ortiz lo comparó con el nacimiento del volcán portugués Ferreta. Eso sí, también dejó claro –como ya vienen acostumbrando los vulcanólogos en esta crisis- que todo y nada puede pasar. Es decir, que todas las opciones están abiertas y que es posible que la situación se quede en lo que ocurre actualmente hasta que pueda derivarse a otra erupción tierra adentro.
Con respecto a las hipótesis científicas que se barajan, los científicos del Instituto Geográfico Nacional (IGN) y del CSIC insisten en que están aún abiertas todas: el magma puede no salir más de lo que lo ha hecho estos días, puede haber varias erupciones en distintas bocas, aumentar la fisura por la que sale el magma actual o, incluso, derivarse al interior de la isla y provocar una erupción en tierra. La ciencia es así y, en este caso, solo el magma dará la razón a los que apuestan por una u otra hipótesis.
Con respecto a la protección civil, el director general de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias, Juan Manuel Santana; y el presidente del Cabildo del Hierro, recordaron que ya se han tomado todas las medidas al respecto y que, incluso, se había incrementado el perímetro de seguridad un kilómetro más y que se mantiene la evacuación de La Restinga.
Los científicos tenían ayer cara de agotados. Traían ordenadores de refuerzo y bromeaban con el posible nombre del volcán. El pueblo seguía tranquilo las novedades y la lava emergía a su ritmo bajo un mar de las calmas que ya está quedándose sin peces. Las opciones están abiertas. La erupción tuiteada está en marcha. Es ya historia.