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Joan Martí: “No son sismitas, sino nidos fósiles”

   

Formaciones tubulares de El Médano que provocan debate científico. / DA

VICENTE PÉREZ | Granadilla

Las formaciones geológicas en forma de tubos existentes en El Médano, llamadas sismitas al atribuirse a un gran terremoto que comprimió la arena con agua marina y la disparó en miles de surtidores, podrían tener otro origen y ser, en realidad, rizocreciones, es decir, restos fósiles de nidos de animales.

Esa es, al menos, la hipótesis que sostiene el geólogo Joan Martí, investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), profesor del Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Aumera, y miembro del equipo científico encargado de estudiar la actual actividad volcánica que afecta a El Hierro.

Su opinión viene a contradecir la mantenida por el catedrático de Ingeniería Geológica de la Universidad Complutense, Luis González Vallejo, máximo impulsor de la protección de estos restos fósiles como sismitas por su interés mundial, y según el cual, el terremoto que las creó ocurrió hace entre 3.000 y 10.000 años.

“Desde que las vi por primera vez me recordaron enseguida a las llamadas rizocreciones, formadas por animales litófagos, unos gusanos que van expulsando la arena para abrirse camino y poder hacer sus nidos”, mantiene Martí. Apoya su tesis en que “cuando se trata de sismitas, se ven como pliegues en el terreno, pero no son puntos ni tubos, como en El Médano”. De modo divulgativo, describe unas sismitas como “las ondas que quedan en el mantel de una mesa al plegarlo”. El geólogo catalán asegura además que el propio González Vallejo se ha contradicho, ya que en publicaciones científicas, ha considerado estas formaciones primero como sismitas, luego como rizocreciones y después de nuevo sismitas.

En todo caso, lo que no cuestiona Martí es el valor de estas formaciones geológicas y la conveniencia de su protección, “al ser un afloramiento muy bien conservado”. “Mi opinión”, subraya, “no cambia el interés que han despertado, pero lo que sí hay que hacer es intentar dar la explicación correcta sobre su origen, para no hacer el ridículo”.

En cuanto a la posibilidad de que hayan ocurrido grandes seísmos en Tenerife, de hasta 7 grados, el vulcanólogo del CSIC no ve necesario buscar sismitas para demostrarlo (como ha hecho González Vallejo), “ya que tenemos otras evidencias posibles, como fallas tectónicas en tierra y en mar con movimientos altos que liberan esa cantidad de energía”. Es el caso, detalla Martí, de una falla en Tenerife de 200 metros de alto y que “cuando se movió tuvo que generar un movimiento de entre 6 y 7 grados” en la escala de Richter.

La petición de reforzar las “sismitas” fue la principal conclusión del I Foro Científico sobre la Reserva Natural Especial de Montaña Roja, celebrado en septiembre pasado en El Médano, bajo la organización del Ayuntamiento de Granadilla.