Anda el Cabildo de Tenerife dando la batalla -una más, la verdad- para captar nuevos turistas que vengan a nuestra Isla a lo que se ajustan todos, es decir, a gozar de nuestro clima, nuestras playas, nuestros paisajes, nuestra gastronomía, nuestra cultura; en definitiva, a descansar y divertirse. Esta vez no lo ha hecho en el marco de ninguna campaña, de esas que en el exterior suelen ofrecer tantos y tan buenos resultados, sino en el del llamado Foro de Desarrollo de Rutas, que estos días reúne en Berlín a representantes de aeropuertos y de compañías aéreas de todo el mundo, y al que la corporación insular ha acudido por primera vez.
Los múltiples contactos mantenidos por Carlos Alonso, vicepresidente del Cabildo, han tenido también en cuenta la plataforma comercial y de negocios que ofrece Tenerife a la hora de mantener las conexiones aéreas ya existentes con la Isla y, en lo posible, reforzarlas con nuevos destinos europeos, americanos y de la vecina África.
Siempre se ha alabado la consideración de Tenerife como plataforma tricontinental, es decir, centro de conexión y distribución de tráficos de personas y mercancías para vuelos y rutas de largo alcance, por las enormes posibilidades que ofrece, más aún el día que esté operativo el complemento del puerto de Granadilla. Para el logro de estos objetivos, es decir, para que una aerolínea extranjera con origen o destino final en un país de África, Europa y América pueda aterrizar en Tenerife en escala intermedia -en lo que se llama técnicamente el territorio de un tercero-, es preciso que se ponga en vigor la llamada quinta libertad con el correspondiente acuerdo de transporte aéreo entre los países afectados para que líneas aéreas queden autorizadas a triangular pasajeros en vuelos regulares. Naturalmente, cualquier convenio de esta naturaleza depende, en primer lugar, de la voluntad de las compañías aéreas, y más tarde, de los gobiernos de los países afectados por la medida. Cuanto mayor sea a estos efectos la conectividad de los aeropuertos tinerfeños, más altas serán sus posibilidades para que se conviertan en centros distribuidores de pasajeros y mercancías entre los tres continentes.
En todo caso, los contactos llevados a cabo por el vicepresidente Alonso con una decena de compañías aéreas extranjeras constituyen un punto de partida que, por las noticias que me llegan, puede lograr pronto resultados favorables para los intereses canarios, más allá del turismo que aquí llega a través de los vuelos charter y de las compañías de bajo coste. Como en tantos otros asuntos, lo que ahora importar es seguir trabajando y cerrar los acuerdos correspondientes.