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La resistencia de las unitarias

   

Cada curso, cada nuevo gobierno, cada nuevo director general... son escollos que han salvado dos generaciones de padres y profesores. | J.R. (ACFI)

EUGENIA PAIZ | Santa Cruz de La Palma

Ni la devastadora crisis, ni los sucesivos recortes, ni el agotamiento moral derivado de la lucha permanente, año tras año, que viene padeciendo durante décadas la gran familia palmera de las escuelas unitarias, han mermado ni un ápice la fuerza de este modelo educativo único, rebosante de vitalidad, de optimismo y de entrega en un trabajo gratificante, alejado de los males globales que, cada vez más, atenazan al proyecto tradicional de los centros completos.

DIARIO DE AVISOS ha reunido a los coordinadores de las escuelas rurales de La Palma, en el privilegiado espacio del Parador Nacional de Turismo, donde los maestros de siempre se han encontrado con el representante en la Isla de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias, Néstor Paz Martín, y la nueva presidenta de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de La Palma Benahoare, Natalia García, para analizar el pasado y el presente, e intentar vislumbrar el futuro de las escuelas. Todos sin distinción expresan el mismo deseo: la desaparición de la permanente amenaza que se cierne sobre su supervivencia, una impresión a veces subjetiva pero no por ello menos real.

En los últimos diez años solo se ha incorporado al mapa escolar de las unitarias en las zonas rurales de La Palma una sola escuela, la de Benahoare, pero el precio que han pagado en las últimas dos décadas, mientras en paralelo se ha desarrollado una lucha dialéctica, administrativa y de interpretación de la normativa elaborada para los centros completos. El ejemplo más triste de la supresión de ese modelo lo encontramos en Garafía, que vivió “una época de esplendor de la unitarias” en la década de los 90 que terminó con el cierre de todas ellas excepto la de Franceses. Así lo recuerdan Sebastián Álvarez y Álvaro Martín Corujo, coordinadores de los CER de Santa Cruz de La Palma y Puntallana y de Fuencaliente y Mazo, respectivamente.

También fueron “concentradas” en un único centro las unitarias de Puntagorda y desaparecidas las emblemáticas escuelas de Casa Hacienda y de Juan del Valle de Tijarafe, estas últimas “eliminadas hace dos legislaturas”. Pese a todo, las unitarias en La Palma están más vivas que nunca. Néstor Paz, director insular de Educación, que esta semana ha recorrido las escuelas unitarias que salpican el norte de la geografía palmera y que dan cobertura a la vida de zonas rurales de las que constituyen su columna vertebral social, explica que “me he quedado asombrado de cómo trabajan” y subraya que “hemos heredado el sistema actual, pero vamos a intentar hacer las cosas de otra forma porque hasta ahora se han aplicado decisiones políticas injustas para este modelo”. “Las correcciones en la normativa concebida para centros completos -afirma con rotundidad- tienen que llegar”. Álvarez afirma que la supervivencia del modelo está garantizada pese a sus problemas crónicos.

Sebastián Álvarez, con toda una vida profesional como maestro en las unitarias, comparte la visión expresada también por su compañero de fatigas en el CER Las Breñas, José Antonio González. Ambos afirman que “la supervivencia de las unitarias está garantizada. Los inconvenientes que tengamos a partir de ahora -creen estar seguros- no implicará un deterioro de la calidad educativa y no tendremos que pensar en más cierres”.

Tal impresión viene dada por el convencimiento de que la Consejería -ahora presidida por el socialista José Miguel Pérez- puede hacer una discriminación positiva “sacándonos del limbo legal en el que nos han colocado, aplicándonos año tras año las mismas normas y ratios que a un centro de 500 alumnos, cuando hablamos de escuelas que tienen siete u ocho niños matriculados”.

Los maestros, Néstor Paz y la presidenta de las Ampas, reunidos. | ACFI

José Antonio insiste en que “el trabajo de nuestras escuelas va más allá del marco educativo porque permiten el mantenimiento de unas medianías que se han ido despoblando gradualmente por las políticas de concentración de la población en los núcleos urbanos. El ejemplo más claro -explica- lo tenemos en Garafía, donde se ha producido la desaparición de las escuelas rurales en barrios tan importantes como Roque Faro y Don Pedro, zonas que han ido quedando desiertas”.

La definición coloquial de unitaria, aportada por todos los invitados a esta reunión, es “una escuela con la puerta abierta de par en par, donde los problemas se solucionan sobre la marcha porque hablas con el maestro, que puede ser además el tutor y, si me apuras, hasta el director. Nos sentimos un apéndice más de la familia y la familia también lo siente así”.

Empresa artesanal

El coordinador del CER Barlovento-Sauces, Edgar Vidal, define el modelo de unitaria haciendo un paralelismo con “una empresa artesanal donde la familia elabora cuidadosamente el producto, que puede tener materias primas distintas, que si se estropea se puede reciclar y que es algo que no ocurre en una gran factoría, donde lo distinto, lo que no se ajusta a la regla, difícilmente es tratado como algo útil. En las unitarias de La Palma todos los seres humanos son imprescindibles e igual de necesarios”.

Álvaro Martín Corujo, experto sufridor durante las últimas dos décadas en la lucha de las unitarias en La Palma, pide al nuevo equipo de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias la aplicación del acuerdo marco de las unitarias firmado por todos los agentes políticos, administrativos y sociales de la Isla, en el acto institucional celebrado en 2007 en la Casa Salazar de Santa Cruz de La Palma. Recuerda “los éxitos de las escuelas unitarias, los buenos resultados académicos que los alumnos logran en secundaria y el tratamiento a la diversidad gracias al que un niño con necesidades educativas especiales está integrado en el sistema desde el primer momento, es uno más dentro de la misma esencia de nuestro modelo educativo. Este es un logro que emana del esfuerzo de dos generaciones de profesores, de padres y madres de alumnos: si hemos sobrevivido pese a todo es porque es un modelo con calidad”.

Pese a esa realidad objetiva, “no hay ningún centro completo que haya perdido el servicio de acogida temprana como sí le ha ocurrido a Las Cancelas; todos disponen de trasporte, incluso desde las zonas donde hay unitarias, incumpliendo la norma general que al aplicarse no tiene en cuenta las singularidades de las escuelas rurales”.

Las escuelas unitarias están ligadas a la familia y a las actividades del barrio. | JONATHAN RODRÍGUEZ (ACFI PRESS)

Apuesta por el cambio

Néstor Paz, representante insular de la administración educativa, está convencido de que “las cosas pueden cambiar, el papel relevante que desempeñan las escuelas unitarias en La Palma está claro; este es un modelo que debemos potenciar. Hay que crear un marco normativo para las unitarias”.

Martín Corujo, José Antonio González, Edgar Vidal y Natalia García, en representación de los padres, lo tienen claro: es el momento, “se dan las condiciones para que los progresistas hagan algo progresista”, para acometer tareas pendientes desde hace años que no requieren de ninguna inversión presupuestaria y que se concreta en reunir a la comisión de seguimiento del pacto por las unitarias y trabajar para conseguir una estabilidad que llevan años persiguiendo sin éxito.

Los padres, por su parte, manifiestan “un miedo que está siempre latente”. Explica Natalia García que “cada año se preguntan qué pasará el próximo curso, habrá niños suficientes para que no se cierre nuestra unidad”. García resalta que “la Federación Benahoare apuesta por el diálogo, el consenso y la unidad, defendiendo el modelo de unitaria, el modelo de centro completo, pero conscientes de que tenemos que terminar con esa incertidumbre que siempre planea sobre las escuelas rurales”.

En el calendario lectivo figuran famosas fugas que atraen a miles de alumnos de secundaria de la isla de La Palma el día de San Martín. Los maestros de las unitarias se jactan entonces de que “los chicos que salieron hace dos o tres años de la unitaria vienen al centro a la hora del recreo, entran de nuevo en casa y charlamos de cómo van las cosas. Se muestra un cariño mutuo y una cercanía impagables. Es gratificante ver cómo te siguen llamando maestro, mi maestro. Eso es lo que seremos siempre para ellos”.

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Silenciado

La Consejería de Educación del Gobierno de Canarias encargó a sus técnicos en el año 2005 la realización de un estudio sobre las unitarias. Se realizaron cientos de encuestas a padres y a concejales de todos los colores políticos, y terminó con el contraste de los resultados académicos de los alumnos de unitarias en secundaria. Las conclusiones del estudio, aseguran los coordinadores de las unitarias, fueron “aplastantes”. Revelaron un rotundo éxito del modelo educativo, con los mejores datos académicos de estos estudiantes en la etapa posterior, y con el respaldo de padres y corporaciones locales. Tal vez porque no eran los previstos en un momento de debate y crisis para las unitarias, los datos nunca vieron la luz pública y solo algunos lograron hacerse con los resultados, que muestran con orgullo a quien quiera verlos.

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