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Manuel Marrero: “Nuestro compromiso vital es con los movimientos sociales”

DOMINGO NEGRÍN MORENO | Santa Cruz de Tenerife

Manuel Marrero, durante la entrevista. / JAVIER GANIVET

Como cabeza de lista al Congreso por Santa Cruz de Tenerife, Manuel Marrero aporta a la coalición de la izquierda verde canaria su experiencia en el terreno del sindicalismo de la enseñanza y en los movimientos sociales.

-¿Cuáles son las señas de identidad de la coalición?

“Es una candidatura de la izquierda que defiende los aspectos medioambientales de sostenibilidad real, no de boquilla, además de otros como el feminismo y las políticas de igualdad. Y todo ello, a partir de Canarias”.

-¿Cuál es su estrategia?

“En este proyecto coincido con compañeros y compañeras que durante muchísimos años han estado participando en movimientos asamblearios. Entendemos que los procesos tienen que construirse desde el lugar de trabajo, desde la calle, desde la acción en las instituciones, no de arriba para abajo”.

-Como sindicalista, ¿qué aporta usted?

“Pues, como una persona más en el equipo. No creo mucho en los liderazgos personales. Confío más bien en la participación activa de la gente. Estamos acostumbrados a ver otro tipo de modelo, jerarquizado, más unipersonal. Mi aportación es la de mi trabajo, mi dedicación y también un poco la experiencia que uno ha acumulado en cuatro décadas dedicado a la enseñanza y a formar parte del movimiento sindical del sector desde sus orígenes. Comencé a trabajar en el año 75 y en el 76 ya era representante provincial de los maestros. Mi vivencia profesional y personal ha sido la de formar parte siempre de un trabajo en colectivo, de reclamar la defensa de lo público, la gestión y el control democrático de los servicios. Ahí es donde me sitúo”.

-¿Qué significa realmente ser independiente?

“A mí, la palabra esa de independiente, que se usa tanto, no me gusta mucho. Prefiero lo de persona no afiliada. Mi posición en la vida no es neutra, ni debería serlo la de ningún ciudadano en general. Existe un compromiso por lo social, por la transformación, por lo público”.

-¿En qué se ha fallado?

“La autocrítica que se puede hacer en estos momentos sobre el último proceso la están haciendo las organizaciones. Y después del 20 de noviembre las terminaremos de hacer. Uno de los fallos ha estado en las dosis de sectarismo. Desde fuera, la impresión que daba era que los grupos querían diferenciarse más de quien tenían al lado que del que estaba en frente. Es una pena que hayan fracasado tantos intentos. De todas maneras, la primera unidad se ha de producir en la acción más que en las siglas y en las elecciones”.

-¿Qué repercusiones tendrá la reforma de la Constitución?

“Es muy grave que se haya decidido poner grabado en piedra el hecho de limitar el déficit público. Si hay que responder a la deuda externa, se recorta de lo presupuestario y los grandes capítulos están en los servicios públicos esenciales”.

-¿Las protestas sociales llegarán a buen puerto o se ahogarán en la orilla?

“Yo valoro que, ante esa vieja cantinela de la juventud pasota, que no le importa la política, se impulse la participación democrática. Han surgido unas convocatorias de movimientos asamblearios con más virtudes que defectos: la vitalidad, la libertad de expresión, esa casi espontaneidad, el compromiso, salir a la calle y denunciar, y sobre todo, sacudirse el miedo y cuestionar el sistema”.

-¿El sistema se tambalea?

“Hasta ahora, casi todo el que se ha movido ha sido para ponerle parches al sistema, para apuntalarlo. Sin embargo, tal y como está montado en estos momentos, desde las fuentes de energía hasta el consumo, que es el motor de esta economía, no nos vale. De hecho, han empezado a aparecer voces en el panorama internacional que hablan de decrecimiento, de que se puede vivir mejor con menos. En nuestro programa recogemos un reparto del trabajo para disponer de más tiempo de ocio”.

-¿Hacia dónde va Canarias?

“Canarias está a la cola en un montón de cosas, en resultados educativos, en atención sanitaria, en aplicación de la dependencia y en maneras de hacer políticas que no piensan tanto en las personas como en el enriquecimiento de algunos grupos sociales, fundamentado en el deterioro del patrimonio natural sobre la base de generar un modelo de sociedad que está basado en el piche y en el cemento. Y esa es la gran tristeza con la que nos enfrentamos y el gran desacuerdo que hemos manifestado decenas de miles de canarios en las calles. Pero, además, Canarias, también desempeña un papel geoestratégico clave respecto a África”.

-El estatuto de neutralidad es una vieja aspiración…

“Efectivamente. Ya lo defendimos cuando el referéndum de la OTAN. Estas islas han de ser instrumentos de paz, de solidaridad, de cohesión social con respecto a los países de nuestro entorno. Y la única manera es no considerar el archipiélago canario como plataforma de intereses imperialistas de los norteamericanos y de la Unión Europea”.

-¿Qué se puede decir del programa electoral?

“Bueno, pivota sobre cinco ejes: estado social y democrático de derecho -con una defensa inequívoca de lo público-, el medio natural, la paz, los derechos laborales y la lucha contra la corrupción”.