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Mercadero, una profesión que se reinventa

   

En el año 2007, el mercado emprendió la modernización de los puestos de frutas y verduras, mejoras que se han unido a las logradas en los últimos 16 años: aparcamientos, compra integrada con el centro comercial y apertura los días del fin de semana. / JAVIER GANIVET

NANA GARCÍA | Santa Cruz de Tenerife

En la década de los años 90 del siglo pasado, el ingreso de España en la Unión Europea (1986 y Canarias en 1992) tuvo serias consecuencias sobre ciertas actividades económicas tradicionales. Los mercados de abasto, creados durante el franquismo con el fin de “mejorar las condiciones de salubridad de la distribución alimentaria en los núcleos urbanos”, libraron una dura batalla contra la instalación de grandes superficies europeas, de la que solo unos pocos lograron sobrevivir: aquellos que reaccionaron a tiempo y supieron reinventarse.

Un ejemplo de ello es el mercado Nuestra Señora de África, conjunto comercial y principal núcleo de intercambio social de Santa Cruz de Tenerife, que en 1995, “después de muchos tira y afloja con el Ayuntamiento”, asumió la gestión a través de una sociedad cooperativa, explica su presidenta Estefanía Hernández.

En estos 16 años, la tradicional Recova santacrucera ha emprendido un proceso de modernización basado en criterios empresariales y comerciales con un objetivo claro, ofrecer “calidad, cercanía y profesionalidad” a los clientes. “Se han hecho muchas cosas, muchas obras, se nos nombra en muchos sitios, y nos hemos convertido en un referente en la Península”, manifiesta Hernández.

Hoy la sociedad cooperativa del mercado Nuestra Señora de África cuenta con “300 familias”, según su presidenta, quien siempre se refiere a los comerciantes o mercaderes con este término porque considera que “realmente son comercios familiares de toda la vida y siguen siéndolo”. Tradición con futuro.

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Nuevo homenaje

En el empeño de adecuarse a la cambiante y competitiva situación del comercio de alimentación, la sociedad cooperativa del mercado Nuestra Señora de África quiere rescatar las tradiciones propias del pueblo de Santa Cruz con el objeto de dotar las instalaciones de una imagen emblemática. Para ello ha encargado al escultor tinerfeño Javier Murcia la elaboración del Homenaje al Chicharrero, una escultura dedicada “a los primeros chicharreros que vivían del mar y cuya actividad sirvió para determinar nuestro particular gentilicio”, apuntan. Se instalará en la plaza, frente a la fachada principal.

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