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Naturalmente mamás

   

La crianza natural ayuda a forjar los cimientos para el futuro. | DA

INMA MARTOS | Santa Cruz de Tenerife

Un consejo por aquí, otra opinión por allá, un libro, una experiencia… Todo el mundo sabe de todo cuando se trata de criar a un bebé o de educar a los niños, pero, en definitiva, cada niño es un mundo y ante esa verdad, ¿qué hacemos?

La asociación sin ánimo de lucro proyecto Besana pone en valor el respeto como algo esencial. Y una vez asumido este derecho de la mamá y del bebé, “estamos en un buen punto de partida”. Los niños fueron los inspiradores de esta idea que Raquel y Sofía pusieron en marcha hace unos meses. “A todas las mamás que formamos este proyecto nos cambió la maternidad”, dice Raquel, coordinadora de Besana, “y son los niños los que vinieron a transformar nuestro estilo de vida”. Así que dejaron atrás consejos, rutinas, manuales, límites y los miles de accesorios que se presupone hay que comprar, para empezar a escuchar a la mamá y a la mujer que llevaban dentro. “Hemos leído mucho sobre crianza y cuanto más lees, más te das cuenta de la desinformación que existe y de lo dañino de las ideas preconcebidas con respecto a los hijos”, dice Raquel. En definitiva, existe demasiado ruido ensordeciendo la maternidad y, aunque “nosotras respetamos todo tipo de crianza, sin embargo reivindicamos que sea la madre quien decida, quien se sienta segura con su forma de llevar el nacimiento y el desarrollo de su bebé y que sepa que el niño o niña no es ni de su suegra, ni de su madre, ni del pediatra…, sino suyo”.

La lactancia prolongada, el colecho o dormir en la misma cama que el bebé, la alimentación ecológica o el porteo son prácticas que se pueden llegar a confundir con un estilo de vida hippie o alternativa pero nada tiene que ver con eso. Según comentan Sofía y Raquel, también existen estudios científicos y pedagógicos que, en la actualidad, están relegados y que se postulan a favor de la crianza natural. Lo que ocurre es que, como no es lo común, es muy difícil aplicarlos en esta sociedad. Por ejemplo, comenta Raquel, “nadie entendía que a mi hijo de cinco años aún le diera el pecho y tenía que escuchar comentarios como que el niño va a ir a la mili y aún sigue mamando”. Incluso, sostiene, “he tenido que dejar amigos por el camino, por la incomprensión”. Pero, afortunadamente, siempre hay personas que piensan como otras. Desde Besana quieren hacer saber a las mamás que allí tienen un lugar en donde no se sentirán solas y en el que pueden compartir su forma de pensar, sin atender a estereotipos y, sobre todo, desde el respeto.

“Mi hijo ha estado durante tres años conmigo las 24 horas del día y es un niño sano y feliz”, comenta Raquel. “No hace falta que vayan a la guardería desde los cuatro meses a socializarse y a aprender a ser autónomos”.

Sofía apunta, además, que “en el núcleo familiar es en donde tienen lo que necesitan que es básicamente protección y donde se forjarán los cimientos para que sean niños y adultos autónomos e independientes”. “Lo que ocurre es que la sociedad tampoco nos deja dedicar el tiempo que necesitamos para cuidar a nuestros hijos”, apostilla.

No existen demasiadas escuelas para padres. La paternidad y la maternidad no se enfocan como algo primordial en la vida. “Vas a la Universidad y te enseñan un montón de cosas, pero con el proyecto más importante de tu vida, nadie te facilita la labor”, explica Raquel.

La desnaturalización de la maternidad, además, “nos enseña a ver al niño como si fuera una cosa inerte, a no involucrarte con él, te lees mil libros y al final te das cuenta de que tu hijo no es un libro y de que no te funciona nada”, añade la portavoz de este colectivo. “Te das cuenta de que lo único que tienes que hacer es ponerte al lado de tu hijo y ver lo que está pasando, nada más”, asegura. En la sociedad actual hay que ir al trabajo, ser madre las 24 horas, hay que estar delgada, bien vestida y divina. “Eso está bien, hay que cuidarse y hay que intentar ser guapas por dentro y por fuera, pero, también, hay que dejarse llevar por la naturaleza porque la conexión está ahí”, manifiesta la coordinadora de la asociación Besana.