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Realidades ‘verdes’ > José Ramón Carrillo Rodríguez

Los dirigentes del partido de Los Verdes de Canarias parecen que otra vez más (y ya van unas cuantas) han caído en su propia trampa. Lo que debiera ser un debate ejemplar para el movimiento verde lo han convertido de nuevo en un espectáculo de despropósitos. La falta de una adecuada conducción en la discusión sobre la conveniencia o no de hacer una alianza política con otras fuerzas para las próximas elecciones ha terminado en un enfrentamiento regido por actitudes desproporcionadas y ridículas de renuncias de otros partidos y el retiro de apoyos a la coalición rojiverdeexsocialistaequanimeecologista (pura palabrería que ni los propios autores entienden). En sus orígenes, la discusión entre partidos verdes en Tenerife no solo era previsible, sino también perfectamente válida. Era previsible porque se trata de dos enfoques, dos maneras muy distintas de ver y hacer la política, y válidas, porque revelaría muy bien la importancia que tiene la ética en la acción política de los verdes.

¿Pero cuál sería el destino de las políticas verdes en Canarias si sus dirigentes se hubieran detenido por un momento a debatir internamente la conveniencia o no de haber hecho pactos políticos con personas o grupos vinculados al desarrollismo y al urbanismo salvaje que se lleva a cabo en estas Islas? Los Verdes de Canarias (que aceptaron negociar con Nueva Canarias en los comicios de mayo de 2011) se tiraron una vez más a la piscina, como siempre suelen hacer, porque no han trabajado los procesos de confluencia que se debieron realizar para que al llegar a esta situación la practicidad y el diálogo allanaran el camino. Crearon el cuento dentro del recién formado partido Equo en Tenerife de que discutir ciertos temas del pasado era inapropiado, y en lugar de darle altura al debate y potenciarlo, lo dejaron llevar a un terreno personal en el que todo se redujo a dos posiciones excluyentes e irreconciliables con miembros de otros partidos verdes presentes en Canarias. Desde ese momento, todo ha sido un solo equívoco que no ha podido tener un cierre peor que las declaraciones del portavoz de IU en Tenerife, el señor Ramón Trujillo, exsocio de la coalición rojiverde en los pasados comicios de mayo del presente año. Pero en Canarias existen otros verdes que no se dejan acorralar por financieros procedentes de otros partidos e intereses, verdes demócratas que aceptan y asumen que se trataba de un debate necesario para emprender un ejercicio en el que los ciudadanos entiendan que firmar un acuerdo político, además de implicar compromisos y responsabilidades, también exige unos mínimos éticos que respetar, pero con un mensaje claro y transparente: no se debe nunca y bajo ningún precepto negociar con cualquiera, ni a cualquier precio, porque con estas fórmulas Los Verdes se convertirían en más de lo mismo (…).

Algunos dirigentes tienen que entender que formar parte de un partido político implica admitir que el interés personal siempre está limitado por el interés general y se debe aceptar que el debate forma parte de las reglas del juego (…). Los Verdes de Canarias optaron por debatir en petit comité y divulgar lo que creían conveniente para sus intereses, manipulando la realidad política interna y siguieron adelante con sus procesos manipuladores (…), saltándose por caprichos personales los principios que rigen el movimiento verde mundial (…).

*Del Partido Verde Canario