EFE | Nueva York
La agencia de medición de riesgos Standard & Poors (S&P) anunció hoy una rebaja de la calificación de la deuda soberana española a largo plazo, al pasarla desde “AA” hasta “AA-”, con perspectiva negativa, mientras que confirmó la nota de la deuda a corto plazo en “A-1+”.
“Pese a las señales de recuperación en el desempeño económico durante 2011, vemos riesgos en las perspectivas de crecimiento de España debidos al alto nivel de desempleo, a condiciones financieras más ajustadas, al aún elevado nivel de endeudamiento del sector privado y a una posible desaceleración económica en sus mayores socios comerciales”, indicó S&P en un comunicado.
La agencia de calificación, que advirtió de que la nota que otorga a España podría seguir bajando en el futuro si se cumplen los peores pronósticos, detalló que el perfil financiero del sistema bancario español “seguirá debilitándose”, con una mayor exposición a activos problemáticos.
Así, en el peor de los escenarios planteados por la S&P, España volvería a entrar en recesión el próximo año, en parte como resultado de una demanda externa e interna “más débil”, con un descenso del Producto Interior Bruto “del 0,5 %”, seguido de una débil recuperación más adelante.
Además, la agencia de calificación considera que la reforma del mercado laboral llevada a cabo en España, que calificó de “incompleta”, contribuirá a que los niveles de desempleo sigan en niveles altos, lo cual seguirá representando un lastre para la recuperación económica.
Standard & Poor’s cifró el martes entre 296.000 y 313.000 millones los activos problemáticos -activos inmobiliarios adquiridos y adjudicados, depreciaciones acumuladas y créditos morosos- que ha generado el sector financiero español durante la recesión.
Ese día, la agencia revisó la calificación de riesgo económico del sistema bancario español, que pasó del nivel 3 al 4, en una escala que va desde el grupo 1 (más fuerte) al 10 (más débil).
En un comunicado, la agencia situó la fortaleza del sistema bancario español en la misma categoría que otros países como la República Checa, Israel, Corea, México y la República Eslovaca.
Esta rebaja refleja, según dijo la agencia, “principalmente” los riesgos económicos crecientes a los que se enfrenta España y el impacto que pueden tener en el sistema bancario español.
En su opinión, el deterioro de la calidad de los activos de los bancos seguirá estando impulsado “principalmente” por el sector inmobiliario y la construcción.
En conclusión, indicó entonces S&P, “el sistema bancario no será inmune al aumento del riesgo que se aprecia para la economía española” y seguirá enfrentándose a los desafíos de financiación y rentabilidad.