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PUERTO DE LA CRUZ >

Surfistas en pie de guerra

   

La playa portuense es el campo de entrenamiento de 200 niños de una escuela surf. / MOISÉS PÉREZ

LUIS F. FEBLES | Puerto de la Cruz

Las olas son para los surfistas como la insulina para el diabético, una forma de vida con la que los amantes de este deporte se enfrentan al mar, retando con sus tablas los soplidos de Poseidón. Esta vez, no ha sido la furia marina la causante del malestar de los cientos de surfistas que practican este deporte en la playa de Martiánez, en Puerto de la Cruz. La puesta en marcha de un proyecto del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural en esta concurrida zona de baño, que conllevará la construcción de un contradique y nueva escollera, ha provocado la protesta de los surfistas que se enfrenta a su Teahupoo, a su particular “ola más grande del mundo”. Precisamente, las alegaciones presentadas por el colectivo de surfistas ha retrasado la ejecución de este proyecto durante cinco años.

Las obras, que traerán aparejadas entre otras actuaciones, un dique paralelo a la costa que saldría de la zona del túnel a una altura de cinco metros y que se iría rebajando hasta llegar a una cota de menos un metro, supondrían el fin de las olas, limitando la actividad de los surferos. La Federación Canaria de Surf, aficionados de este deporte y el director de la escuela de surf La Marea, explican a DIARIO DE AVISOS las consecuencias de la desaparición de las olas en Martiánez y su repercusión en la vida turística del municipio. Para el presidente de la Federación Canaria, Ángel Lobo, estas obras “implicarían el final del oleaje en una zona apreciada para la práctica de este deporte porque, además de ser una ola urbana de Puerto de la Cruz, y, por lo tanto, que forma parte del paisaje natural y humano de la ciudad, siempre ha sido una buena alternativa para cuando el mar del Norte está demasiado fuerte. Esta zona tiene un valor para cantera muy importante, además de que se han celebrado numerosos campeonatos de surf”.

La Marea

En los alrededores de la playa de Martiánez se localiza la escuela de surf La Marea, dirigida por Antonio Hernández, más conocido como Toño, y que sirve de cantera para los cientos de niños que aprenden el arte de surfear. La realización de esta infraestructura puede traer como consecuencia que la escuela La Marea tenga que cerrar y los casi 200 niños inscritos tengan que quedarse sin practicar el surf. “Con estos trabajos no sólo pierdo la posibilidad de seguir con mi negocio, sino también, se acaba con el atractivo turístico de los muchos visitantes que vienen a esta zona portuense a aprender. Cerraremos la escuela cuando empiecen las obras y esperaré tras su finalización, por si hay algo de espuma para que los niños y no tan niños puedan aprender a surfear”, indica Antonio Hernández.

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La eliminación de la ola y sus consecuencias

Antonio Hernández tendrá que buscar una alternativa a su negocio, ya que las obras imposibilitarán la práctica de este deporte. Para Hernández el problema no es sólo cerrar su escuela, sino también “dejar a tantos niños sin practicar su deporte favorito”. Desde la Federación Canaria de Surf se valoran las posibilidades de Martiánez como escenario ideal para el aprendizaje de este deporte.

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Fama europea

En los alrededores de la playa de Martiánez se localiza la escuela de surf La Marea. / MOISÉS PÉREZ

El director de la escuela La Marea resalta la fama que tienen las olas de la playa de Martiánez en Alemania. “Las características de esta ola y su importancia como escenario perfecto de iniciación al surf tiene mucha fama en Alemania. Tenemos en la escuela cuatro niños que van a la selección alemana sub-21, además del campeón sub-16 del país germano, de ahí también la repercusión de esta zona”, subraya Hernández. La Federación Canaria de Surf ha estado en contacto con las autoridades locales y nacionales, especialmente con el Consorcio de Rehabilitación de Puerto de la Cruz y el Ayuntamiento del municipio. Para Lobo, es fundamental que la ciudad turística esté en “consonancia con las nuevas tendencias, que pasan por un respeto, promoción y rehabilitación del medio ambiente natural”. Como alternativa a la creación de la playa artificial de Martiánez, el presidente de la Federación Canaria señala que “existen acuerdos para realizar un estudio sobre las potencialidades de surf en el litoral de Puerto de la Cruz. Un estudio que deberá culminar con la implementación de una serie de actuaciones que posibiliten la recuperación de zonas aptas para el surf, que por razones de seguridad o de peligrosidad del oleaje, no son tan frecuentadas”.

Por último, Ángel Lobo recuerda que “este tipo de estudios y de actuaciones de vanguardia, realizadas por expertos nacionales e internacionales, supondrán una impagable publicidad para el Puerto de la Cruz como una ciudad abierta al mar, de vanguardia, que busca activar sus potencialidades naturales”.

Los surfistas seguirán en pie de guerra para salvar su ola portuense. Solo queda buscar puntos en común entre las instituciones públicas y este colectivo para encontrar una solución satisfactoria para todas las partes.