Europa Press | Santander
La titular del Juzgado de lo Penal número 3 de Santander ha condenado a un año y tres meses de prisión, y al pago de una multa de 2.340 euros, al conserje de una comunidad de vecinos que grabó en vÃdeo a las trabajadoras del servicio de limpieza mientras se cambiaban.
La sentencia considera probado que el acusado, de 38 años de edad,quien trabajaba como conserje en la comunidad de propietarios de una urbanización en Santander, colocó, el 15 de octubre de 2008, en el cuarto adyacente a los garajes, una cámara de video con objeto de filmar a las trabajadoras del servicio de limpieza mientras se cambiaban, usando las llaves que poseÃa, y llegando a grabar a una de ellas.
La cámara con la que logró grabar a una de las denunciantes se encontraba escondida y oculta bajo un paño, según declaró la vÃctima, quien explicó que cuando a las 8,30 horas se cambió en el cuarto, observó un trapo en una balda que le llamó la atención y que recogió para realizar las labores de limpieza de cristales que efectuaban en aquella fecha.
Al cogerlo, descubrió bajo el paño una cámara de vÃdeo que estaba grabando, con el piloto tapado con cinta aislante, y que se guardó, cuando llamó a la puerta el conserje pidiéndole las llaves de un candado del paso del agua.
Éste volvió nuevamente para preguntar a la trabajadora si habÃa visto su cámara de video, contestándole ésta que se la habÃa encontrado pero que no se la iba a dar porque la habÃa grabado, a lo cual el imputado le dijo que le habÃan robado llaves de algunos cuartos comunitarios junto a la cámara.
La cámara contenÃa grabaciones de las vacaciones del acusado, un espacio en negro de unos 15 o 20 minutos y después la grabación realizada cuando llegó la limpiadora al cuarto en el que se cambiaba.
La sentencia señala que el acusado, que reconoció la titularidad de la cámara y que borró la grabación de la limpiadora, dijo que la habÃa dejado el dÃa anterior en el cuarto de porterÃa en el que se guardan las llaves de la comunidad, sin habérselo comentado a nadie, y que se la habÃan robado junto a unas llaves, entre las que se encontraba el habitáculo de la limpiadoras, negando que hubiera utilizado la misma para realizar la grabación.
Pero la sentencia considera que no resulta en modo alguno “creÃble, lógica ni verosÃmil”, la versión exculpatoria del acusado, ya que, entre otras cosas, no habÃa ningún forzamiento en la cerradura del cuarto del conserje donde éste dijo que se habÃa producido la sustracción de las llaves y de su cámara.
También destaca que el tiempo de grabación previo en la oscuridad narrado por las testigos, implica necesariamente que la cámara tuvo que ser activada y accionada la misma mañana, concretamente tras el inicio de la jornada laboral del conserje, a quien la sentencia condena, como autor de un delito contra la intimidad, a la pena de un año y tres meses de prisión, y al pago de una multa de 2.340 euros, asà como al abono de las costas causadas, incluidas las de la acusación particular