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“Un volcán inofensivo nos convertiría en el primer destino europeo de buceo”

Buceando en aguas herreñas. | DA

VICENTE PEREZ | El Pinar

En La Restinga hay nueve clubes de buceo, que atraen al año a esta costa herreña a más de 6.000 buceadores, atraídos por la calidad y las formaciones geológicas de sus aguas, debida en buena parte al vulcanismo del pasado, y en especial, la Reserva Marina del Mar de Las Calmas, una auténtica joya natural ahora dañada por los efluvios tóxicos de la erupción.

Todas estas empresas dedicadas al buceo están ahora paralizadas o con muy poca actividad, aunque alguna ha intentado atender a sus clientes en el puerto de La Estaca, donde no cuentan con medios ni servicios para ello.

Cristóbal Richart gestiona el club de buceo La Resinga, y reconoce que aunque ahora la erupción, con la evacuación del pueblo durante más de una semana y los daños al ecosistema, ha supuesto un daño para su negocio, “la realidad es que si un volcán emergiera frente al pueblo, sin causar destrozos a la gente, convertiría La Restinga en el mejor destino de buceo de Europa; eso sería la bomba”.

Lo mismo opina Antonio Gutiérrez, dueño del club de buceo Tamboril, quien sostiene que “si ya somos de los mejores destinos europeos para este deporte, con un islote y un bajón ahí frente a La Restinga, seríamos sin duda alguna el mejor destino”.

A su juicio, “un volcán así sería la mejor forma de recuperarnos, porque nos han anulado todas las reservas de las últimas semanas”.

Tercia Richart para aclarar que “octubre es uno de los meses con más clientes” y el problema, añade, es que “fuera del Mar de Las Calmas es difícil bucear, porque hay mucho viento, así que me he llegado a plantear si cerrar el negocio un tiempo o trasladarme al puerto de La Estaca”.

Gutiérrez puntualiza que “lugares donde bucear sí que hay fuera de aquí, pero no son tan buenos como La Restinga, además no tienen infraestructuras para esta actividad, no tenemos surtidor de gasolina, ni travel para las embarcaciones que utilizamos”.

Este buceador confiesa que, con la evolución de los acontecimientos, se hubiera quedado “tranquilamente” desde hace días en La Restinga, ya que “no hay peligro grave, pues el volcán sería por fases, y al final lo único que habría que hacer es borrer cenizas”. “Por así decir, los volcanes canarios dan tiempo a huir, son como los canarios, medio aplatanados”, ironiza.

El club de buceo La Restinga fue el que hace tres semanas, cuando aún no había indicios de la erupción en superficie sino terremotos, facilitó a este diario las fotos de una inmersión con unos belgas y una andaluza, a quienes asustó el rugido de uno de los seísmos cuando buceaban en una cueva, momento que inmortalizaron en la foto que ilustra esta información.