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“Admiro a Totoyo, y más aún a los que siguen en la brega sin ayudas”

Domingo Rodríguez, El Colorao; Totoyo Millares, Benito Cabrera y Germán López. / DA

DIARIO DE AVISOS | Santa Cruz de Tenerife

“Admiro y respeto el trabajo de Totoyo Millares y el de los 13.000 creadores que han recibido ayudas del Ejecutivo canario. Y más aún el de aquellos que, sin recibir lo que merecen, siguen en la brega”.

El músico canario Benito Cabrera se expresa de esa manera en el texto remitido ayer a los medios de comunicación, Carta abierta de un timplista, donde brinda su punto de vista en la polémica surgida a raíz del artículo Benito Cabrera y la falsa solidaridad, firmado por Totoyo Millares. En dicho escrito, Millares aludía a la iniciativa de Cabrera de no autorizar que su villancico Una sobre el mismo mar fuese utilizado este año en la campaña navideña institucional, en protesta al recorte del 65%, y criticaba, entre otras cosas, que este gesto viniese de “uno de los mayores receptores de ayudas culturales de las instituciones públicas canarias”.

“Contemplo con profunda tristeza -inicia Cabrera su texto- cómo las cuestiones personales y el “qué hay de lo mío” desvían la atención sobre lo verdaderamente importante en un momento difícil”. “La cultura canaria es mucho más que un villancico y un timple. No simplifiquemos tanto. No permitamos que nos obliguen a desviar la atención de lo esencial”, resalta.

El timplista lanzaroteño insiste en que su decisión de no autorizar el uso del villancico fue un gesto personal, que no pretendía representar a nadie ni ir en contra de nadie. “Obviamente -apostilla-, si hubiera sabido (no soy profeta) que la deriva sería encender una chispa para ponernos a pelear entre nosotros, no lo habría hecho. No creo que nadie quiera ser noticia por polémicas”.

En otro momento de su carta abierta, el músico indica que considera una “perversión dialéctica” hablar de subvenciones. “A los artistas los suele contratar la administración: ayuntamientos, cabildos y gobiernos autonómicos. Se nos paga por nuestro trabajo -argumenta-, igual que se le paga a una empresa de transporte, a una imprenta o a un jardinero, como cobran por su oficio los funcionarios públicos. De no ser así, sólo florecería la cultura comercial, la que es de fácil consumo o los grandes montajes venidos de fuera. Igual pasa con la sanidad o la educación”.

De igual modo, Benito Cabrera reitera su estima hacia Totoyo Millares y afirma que le alegraría que le diesen el Premio Canarias, “porque es un referente del timple, y porque los años que dedicó a crear constituyeron una semilla que germinó de forma luminosa”. “Y no lo digo ahora”, puntualiza; “ya pedí el Premio Canarias para Totoyo hace unos pocos años. Igual que pedí por escrito que se le concediera (al menos) la medalla de oro de Canarias a mi amigo y compañero José Antonio Ramos”.

Cabrera quiere dejar claro, en respuesta al texto de Millares, que nunca le ha llamado personalmente un presidente del gobierno. “Tampoco recibí clases de Totoyo, aunque lo seguiré considerando un maestro y tendrá siempre mi apoyo”, señala. “Maestro, está usted invitado a venir a la Casa Museo del timple cuando quiera -continúa Benito Cabrera-, y verá su foto expuesta junto con otros tantos timplistas (no es usted el único), que han hecho de nuestro camellito un símbolo de nuestra tierra”.

Casi al final, Benito Cabrera demanda que, al margen de polémicas, nadie olvide lo importante. “No entremos en el juego del divide y vencerás”, apostilla.

Domingo Rodríguez, El Colorao; Totoyo Millares, Benito Cabrera y Germán López. / DA