
SANTIAGO TOSTE | Santa Cruz de Tenerife
El rock and roll como modelo de vida. Como combustible, como lenguaje, como una lente para contemplar mejor el mundo. Así concibe Marea, así entiende su guitarrista David Díaz, Kolibrí, la música que un buen día llevó a subirse en una tarima a estas cinco personalidades (las otras son Kutxi Romero, Eduardo Beaumont, César Ramallo y Alén Ayerdi) que confluyeron en una banda. La plaza Alisios del Auditorio de Tenerife Adán Martín alberga esta noche un concierto de esta formación navarra que ha vuelto a la carretera con En mi hambre mando yo. Toda una declaración de principios.
-Tras un tiempo de silencio, Marea vuelve al escenario. ¿Qué supuso este descanso y cuáles han sido las motivaciones del regreso?
“Todo es una cuestión de respeto hacia el rock and roll. Vivimos un año y medio de gira muy intensa y entendimos que se había cumplido un ciclo, que ése era el mejor momento para retirarnos una temporada, hacer nuestras vidas y ser más ciudadanos que artistas. Pasado ese momento de reflexión, realmente te cargas de ganas y de empuje para afrontar todo lo que representa crear un nuevo disco y emprender la gira”.
-¿Y en qué ha cambiado Marea desde 1997 hasta hoy?
“Por fortuna, en nada; hasta tenemos la misma ropa. Nuestra forma de vivir es la misma. Aparte de los hijos que hemos ido teniendo y las cosas que nos han ocurrido, mantenemos una visión muy clara sobre el rock and roll y eso se traduce en nuestra música, en nuestros discos. Lógicamente, maduras, aprendes e intentas hacer mejor las cosas. Pero, en esencia, en la música y en la vida, seguimos siendo los mismos”.
-En mi hambre mando yo es su último trabajo, el que presentan en la isla de Tenerife. ¿Cómo lo definiría?
“Estoy convencido de que es la mejor obra de Marea y un gran disco de rock and roll. A menudo te sientes un poco harto de escuchar a algunos artistas afirmar que su último álbum es el más rockero, cuando lo más rockero que han tenido en su carrera es la batería que ponen detrás en los conciertos. Con esto quiero decir que la palabra rock la usan demasiado músicos a los que no les va. Suena ridículo ver a artistas que nunca le hicieron caso al rock and roll y ahora quieren sacar su lado macarra porque con el pop ya no venden tanto. No, al rock and roll hay que tenerle mucho más respeto”.
-Precisamente, los estilos vienen y van, pero el rock and roll sigue entre nosotros. ¿Qué significa para ustedes, que lo han escogido como forma de expresión?
“Una forma de vivir, de ver la vida. Es el lenguaje con el que nos comunicamos, algo que hemos mamado desde pequeños, la banda sonora de nuestra vida. Tan fácil y tan difícil como todo eso: miras a tu alrededor y sólo ves rock and roll, respiras rock and roll…”
-Han tenido la oportunidad de llevar su música a Sudamérica. ¿Qué diferencias existen entre el público de aquí y el del otro lado?
“Sí que las hay, pero también es algo normal. De hecho aquí, según donde vayas, la gente vive de forma diferente el rock and roll. En Sudamérica son gente muy pasional, forma parte de su cultura. Es curioso cómo allí en la radio se escucha rock and roll todo el día. Te encuentras a gente, con 15 o 16 años, que te hablan de bandas de los 70, los 80, cuando ellos ni habían nacido. Tienen mucha cultura de rock and roll y, por si eso fuera poco, a nosotros siempre nos reciben con cariño. Pero con esto no quiero valorar menos al público de aquí: es diferente. Lo que cambia en España es que pones la radio y lo que escuchas es todo lo contrario al rock and roll”.