JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife
Ubicado en donde desagua el Mar Rojo con el Océano Índico, en la parte meridional del golfo de Adén, el llamado Cuerno de África es una de las regiones más pobres del mundo, donde el hambre y las sequías son una amenaza constante, hasta el punto de que en la actualidad 13,3 millones de personas necesitan ayuda urgente para sobrevivir. En este contexto, la labor de entidades como Unicef se antoja imprescindible. Su presidenta en Canarias, Nereida Castro Martín, lleva más de 15 años trabajando en la entidad de Naciones Unidas, que afronta en esta parte del mundo una de sus empresas más complicadas.
-La situación sigue siendo crítica en el Cuerno de África, pero los medios de comunicación no le dedican ya tanta atención. Bajo su punto de vista, ¿a qué se debe?
“Como ocurre con todas las emergencias, primero hay un gran impacto mediático. Esta hambruna viene siendo una emergencia silenciosa en el Cuerno de África. Desde 1972, trabajamos en acciones de salud, protección y nutrición, sobre todo. La situación va empeorando, los campamentos de desplazados se están viendo desbordados y, en este contexto, estamos trabajando intensamente en la desnutrición infantil, el abastecimiento de agua, la protección y en facilitar una forma de acogida a los niños para que encuentren su espacio. La ayuda a nivel internacional ha sido bastante generosa, pero se supone que vamos a tener que desarrollar una labor que se prolongará más allá de 2012, y se necesitan muchas ayudas y prestaciones para poder continuar esto que hemos apoyado, porque si no se quedará en un saco sin fondo”.
-¿Cómo se pueden atajar los problemas que existen en la zona?
“En este momento, hay una gran preocupación porque entramos en la época de lluvias, que pese a que puede ser positivo para la agricultura, puede ir acompañada de inundaciones, como consecuencia de la larga sequía, lo que puede provocar pandemias, cólera y enfermedades infecciosas que, unidas a la desnutrición infantil, complica más la ayuda que se presta”.
-¿Cuáles son las prioridades?
“La prioridad de una emergencia: salud, protección, sanidad y abastecimiento de agua. Las vacunaciones también son importantes para evitar más muertes”.
-¿Qué aportaciones concretas se están haciendo desde Canarias?
“La sociedad canaria, pese a su elevado índice de paro, está dando una respuesta muy generosa, no solo con Unicef sino con otras organizaciones, como Cruz Roja. Por parte de nuestra organización, el comité de Canarias es el quinto en recaudación en respuesta a la emergencia en el Cuerno de África y esto es importantísimo, porque detrás de nosotros se quedan comunidades muy fuertes, como Cataluña o Valencia, y verdaderamente para nosotros es un orgullo saber que nuestra comunidad está dando esa respuesta. La sociedad canaria siempre suele ser muy generosa, porque no es solo lo que reclamamos en este momento, sino también la ayuda a nuestra gente. En este sentido, entidades como Cruz Roja y Cáritas desarrollan una labor asistencial encomiable, en la que también reciben el apoyo de las Islas”.
-Tal y como ocurrió en conflictos como los de Sierra Leona, Liberia, Senegal o Mauritania, ¿puede influir la crisis del Cuerno de África en una salida masiva de inmigrantes africanos hacia Europa?
“Ojalá pudiesen salir de esa circunstancia, porque es dura. Hay que tener en cuenta que el Cuerno de África está recibiendo población en puntos donde no tiene capacidad, y eso es un problema importante”.
-¿En qué labores está centrada en este momento Unicef?
“Como he dicho antes, estamos trabajando intensamente en atajar la desnutrición infantil, el abastecimiento de agua, la protección y en facilitar acogida a los niños. Debido a la magnitud de la crisis humanitaria, tenemos que aumentar nuestra respuesta inmediata y, al mismo tiempo, sentar las bases para el desarrollo a largo plazo, para evitar que una catástrofe similar vuelva a suceder”.
-Los esfuerzos de las ONG y la comunidad internacional, ¿están realmente dando sus frutos?
“La respuesta internacional en masa a la crisis de supervivencia infantil en el Cuerno de África ha mostrado ya algunos resultados positivos, pero todavía queda mucho por hacer para salvar a cientos de miles de niños en riesgo de morir de desnutrición y enfermedades”.