DOMINGO NEGRÍN MORENO | Santa Cruz de Tenerife
Manuel Marrero Morales huye de los liderazgos personales. El cabeza de lista de la coalición Sí se puede-Socialistas por Tenerife-Equo al Congreso por Santa Cruz de Tenerife se considera una persona de equipo.
Después de treinta años dedicado al sindicalismo en el sector de la enseñanza, el histórico dirigente del STEC-IC se ha involucrado en un “proyecto transformador”. Independiente pero comprometido, Manolo Marrero se niega a ser la imagen de un producto mercantil.
En una campaña electoral, comenta, las formas también distinguen el fondo de las cosas. “El marketing vende productos, y nosotros somos un grupo de personas que queremos transformar la sociedad”.
Para él, esta experiencia es una nueva faceta. “Yo estaba acostumbrado a trabajar dentro de la educación, como parte del sindicato STEC y en el mundo de la renovación pedagógica. Pero esto significa un compromiso muchísimo mayor, porque implica una dedicación absoluta”. Lo hace con ilusión. “Me siento muy arropado”, apostilla.
Confía en la participación activa. “Estamos acostumbrados a ver otro tipo de modelo, jerarquizado, más unipersonal”, dice. Comenzó a trabajar en el año 75 y en el 76 ya era representante provincial de los maestros. Su vivencia, profesional y personal, siempre ha estado ligada al trabajo colectivo, “a reclamar la defensa de lo público, la gestión y el control democrático de los servicios”. Ahí es donde se ubica Manuel Marrero.
Desde el 1 de septiembre está jubilado. “Por eso di este paso”, enfatiza. Durante dos meses, hasta el fin de la campaña electoral, ha dejado en suspenso su pertenencia al secretariado nacional de Intersindical Canaria. Si consigue el resultado esperado, Marrero pediría la baja del órgano. De lo contrario, retomaría las tareas sindicales. “Es una responsabilidad voluntaria”, resalta. “No soy un liberado”.
Trato directo
Esos principios sustentan una campaña alejada de la “parafernalia consumista”, aparte de que no hay mucho dinero en la hucha. “Tenemos que hacer mucho con poco. Nuestro presupuesto nos obliga a ser imaginativos”.
Sin grandes gastos, la plataforma de la izquierda verde canaria ha diseñado una campaña basada en el trato directo y en las redes sociales.
“La presencia pública será mínima, porque estamos en desacuerdo con tanto derroche. Haremos una campaña austera por fuera y rica en mensajes”.
Manolo Marrero entiende que hay que predicar con el ejemplo en estos momentos de crisis: “Es tiempo de la comunicación con la ciudadanía en general y con los movimientos sociales en particular para sumar esfuerzos”.
No le sirven las adhesiones por las buenas. “Queremos que la gente que nos apoye esté convencida de que poner una voz en Madrid es útil para el progreso de Canarias, no para unos intereses particulares”.
Su planteamiento no es apuntalar el sistema, sino buscar grietas para “hacer oír una voz exigente sin necesidad de levantar el tono para armar ruido”.
En nombre de sus compañeros, Marrero reivindica una “democracia participativa, real, no corrupta”. Desde esa perspectiva, los candidatos han firmado un “código ético por la transparencia y contra la corrupción”.