
JESSICA MORENO | Santa Cruz de Tenerife
“Hola, soy Ana Oramas y me presento a las elecciones para el Congreso”. Así saludaba ayer la candidata por Coalición Canaria-Nueva Canarias al Congreso de los Diputados a buena parte de los comerciantes y compradores del Rastro de la capital. “Pero si yo ya sé quien es usted, ya la conozco”, le contestaban la mayoría. Muchos la recordaban como la alcaldesa de La Laguna; otros, por su reciente trabajo en Madrid, pero todos sabían quién era. Tanto jóvenes como mayores conocían esa cara y ese nombre.
A las 8.30 de la mañana comenzó el recorrido. El punto de inicio fue la churrería El Presidente, donde ya los empleados le pidieron una foto dedicada (8 en total). Uno por uno se iba acercando a los comerciantes de los puestos. El procedimiento era casi casi similar: se presentaba, le anunciaba que era candidata a las elecciones y le firmaba una foto suya (que ya pasan de 5.000 en lo que va de campaña). Así, uno por uno. De hecho, una hora después del inicio del recorrido -en el que la acompañaron las presidentas del Rastro y el Mercado y varias concejales de Santa Cruz- solo había abarcado una mínima parte de los más de mil puestos que conforman este espacio dominguero.
“Usted ¿cómo se llama?”, preguntaba la nacionalista. “Yo Antonio, pero firma también una foto para mi mujer”, le contestaban. Los vendedores del Rastro no perdían ocasión, tampoco, para pedirle a Ani Oramas que fuera más guerrillera con “Rajoy y con… ¿cómo se llamaba el otro?, ahh Rubalcaba”.
Aprovechando la ocasión, la nacionalista les respondía: “usted sabe que yo soy peleona y que tenemos que tener presencia en Madrid, porque si nosotros no luchamos pos nuestra tierra, ¿quién lo va a hacer?”.
“Usted sabe que el voto mío ya lo tiene”, le contestaba uno. Otros le decían, “yo soy de San Matías y el barrio no es nada sin ti”, mientras algunos le recordaban que “lo que queremos es que trabajen por Tenerife”. Pero eso sí, antes de despedirse Oramas les recordaba que acudieran a las urnas el próximo día 20.
Empapelado
Mientras los puestos se iban llenando de gente, la campaña electoral cada vez estaba más presente. Junto con la candidata, que en pocos minutos tuvo que recargar dos veces su montón de fotografías, sus compañeros de paseo empapelaban -literalmente- este espacio comercial de la capital.
El trabajo no cesa y las fotos de los candidatos no paran de aparecerse en todos los rincones, de lo que ellos bien que se encargan. La imagen de los puestos resultaba curiosa. Entre bolsos, ropa, bisutería, ropa interior y cualquier otra cosa aparecía la foto de Ana Oramas, eso sí, dedicada de puño y letra a cada uno de sus comerciantes. “La foto la guardaremos, claro, ya que no las ha regalado”, apuntaba uno de ellos.