NICOLÁS DORTA | Adeje

En una tranquila urbanización de La Caleta de Adeje vive Gianni Vicari, un ciudadano italiano que lleva más de veinte años en la Isla. Frente a su casa está el barranco de Las Torres, seco en verano y peligroso en invierno cuando la lluvia azota la tierra. Vicari teme que la falta de canalización inunde su domicilio, sobre todo el garaje, localizado justo por debajo de la acera, en una calle sin recepcionar por parte del Ayuntamiento de Adeje. “Sólo pido seguridad por las lluvias que vengan”, dice, mientras muestra un ejemplar de DIARIO DE AVISOS con lo que ocurrió en abril de este año en el mercadillo de Los Cristianos, convertido en un lago.

El Consejo Insular de Aguas, responsable de la canalización de los barrancos, ha instalado una serie de tubos para filtrar los materiales que se pueden acumular provenientes de las lluvias. Abrió tres huecos pero sólo uno está en funcionamiento, en esta zona concreta. Vicari teme que no sea suficiente. Aunque su casa no ha sido dañada, otras en la misma urbanización fueron dañadas por el poder de la lluvia. Cree que “no se han hecho las cosas bien”.

Desde 2009, este ciudadano lleva enviando escritos al Consejo Insular de Aguas y al Ayuntamiento para que le den garantías en su temor particular, “pero lo único que me he encontrado son respuestas ambiguas”, explica. Afirma que el agua proveniente del campo de golf anexo va a parar a Las Torres. Cuando ha llovido de manera torrencial, los restaurantes y otras viviendas de la zona han tenido problemas. “Todo por la mala canalización de los barrancos”. La lluvia no ha llegado, aunque se le espera. Gianni Vicario pide respuestas por algo que no ha pasado, “pero podría pasar”, dice, en su tranquila casa, justo al lado del barranco.

Pide igualmente al Ayuntamiento que recepcione cuanto antes la urbanización para que mejoren las condiciones en la calle. La limpieza, asegura, corre por cuenta propia.