RICARDO GUTIÉRREZ GÓMEZ > DIRECTOR DEL CENTRO PENITENCIARIO TENERIFE II

“Quiero aprovechar las virtudes que tiene Tenerife II y cambiar sus vicios”

JOSÉ LUIS CÁMARA PINEDA | Santa Cruz de Tenerife

Ricardo Gutiérrez, durante la entrevista concedida al DIARIO. / JAVIER GANIVET

Aunque nacido en Cantabria, Ricardo Gutiérrez lleva más de 25 años en Canarias, donde ha ocupado distintos puestos como funcionario de Instituciones Penitenciarias. Entre otros, fue jefe de servicios, administrador, subdirector de Seguridad y director de la cárcel de Las Palmas I. Además, entre octubre de 2005 y agosto de 2009 fue asesor de la Fundación Ideo, dependiente de la Consejería de Bienestar Social, para la gestión de centros de menores. Hace un mes se hizo cargo del centro penitenciario Tenerife II, un nuevo reto que analiza en esta entrevista con el DIARIO.

-¿En qué situación se ha encontrado el centro penitenciario?

“Me lo he encontrado en una buena dinámica. Es un centro vivo, con programas, proyectos y mucha ilusión por parte de los profesionales del mismo”.

-¿Cuáles son los objetivos que se ha marcado?

“Lo primero es conocer bien el centro, su idiosincrasia y funcionamiento. Tengo experiencia en bastantes recintos penitenciarios, pero cada uno es diferente, tanto por características físicas y arquitectónicas, como por la cultura penitenciaria del lugar. Quiero aprovechar las virtudes que tiene y cambiar los vicios”.

-Tanto por su perfil profesional como por el modelo que se pretende implantar, el centro penitenciario de Tenerife está obligado a redefinirse, ¿no cree?

“Cierto. Es un camino que se emprendió hace unos años, que trata de dar un cambio a lo que eran las antiguas prisiones. Se trata de resocializar a los internos, darles más oportunidades de integrarse en una vida ordenada en la sociedad”.

-¿Cómo se conjuga el actual régimen penitenciario con los sucesivos cambios del Código Penal?

“A nosotros el Código Penal lo único que nos marca es el artículo por el que están dentro los reclusos, pero tampoco nos afecta mucho más. Las leyes y el reglamento penitenciario son las que nos marcan el camino a seguir, y éstas inciden en la resocialización y reeducación de los internos y penados”.

-Una de estas alternativas son los centros de inserción social…

“Sin duda. Y estamos incidiendo en ellos, para que sigan creciendo y se conviertan en una verdadera alternativa a la prisión tradicional. Así, el sistema funcionará mejor”.

-¿Realmente están dando sus frutos aquí en Canarias?

“Están dando sus frutos, no sólo aquí, también a nivel nacional. Como también están funcionando muy bien las unidades terapéuticas. Hay muchos proyectos que se están iniciando y están pendientes de consolidación, pero es un proceso que no tiene marcha atrás, y le pondremos todo el empeño para que salga adelante”.

-¿Qué problemas ha detectado?

“La falta de medios económicos, debido al contexto de crisis en que nos encontramos, para desarrollar todos los proyectos que tenemos en mente. Pero el centro está bien, y lo que se trata ahora es potenciar sus aspectos fuertes y mejorar los débiles”.

-¿Entre esos puntos débiles está la masificación de internos?

“El centro ahora tiene 1.036 internos, pero ha llegado a tener más de 1.400. Hay más huecos, y creo que estamos en un número con el que podemos trabajar, una cifra que considero razonable. Es cierto que si hubiera menos se trabajaría mejor, pero no estamos en mala situación”.

-Por tanto, el día a día se hace ahora más llevadero….

“Claro. Hablamos que antes había un 40% más de reclusos, lo que significaba un 40% menos de espacio y más roces. Los problemas se multiplican exponencialmente según el espacio, porque los profesionales son los mismos que había antes”.

-Ese es, precisamente, otro de los handicaps que ha tenido el centro de Tenerife en los últimos años, el déficit de funcionarios…

“Yo diría que ahora mismo no es uno de los problemas que he detectado, porque estamos razonablemente bien para el número de internos que tenemos”.

-Instituciones Penitenciarias ha manifestado su intención de continuar con su política de acercamiento de presos canarios a las Islas. ¿Se está cumpliendo esa promesa en estos momentos?

“Estamos limitados por el hecho de que los traslados sólo se pueden hacer por vía aérea, pero me consta que hay muchos internos canarios que tienen como destino el centro de Tenerife. Creo que puede estar al cincuenta por ciento en estos momentos. Pero, más que un objetivo nuestro, depende de Madrid, porque son ellos los que realizan los movimientos y marcan la agenda”.

-¿Cuál es el perfil de recluso que hay en Tenerife II?

“Es similar al de los últimos años. Son presos con delitos de robo con fuerza, contra la salud pública, quebrantamiento de medidas judiciales, violencia de género y por delitos de tráfico, cuyo número ha aumentado”.

-¿Ha notado si cada vez hay reclusos más jóvenes?

“No especialmente. En Tenerife II apenas hay internos menores de 20 años de edad; no creo que lleguen a una docena”.

-¿Cree que es posible cambiar la imagen de las cárceles?

“Creo que esa imagen ha ido cambiando en los últimos años, a raíz de la entrada en vigor de la Ley Orgánica General Penitenciaria. Lo que se trata es que los internos tengan una oportunidad, mediante la educación y la convivencia ordenada dentro de los centros. Que los reclusos tengan mecanismos, se aprovechen de ellos y salgan más preparados para vivir en libertad, sin tener que recurrir a la delincuencia”.

-Eso implica que las direcciones de las prisiones no sean tan herméticas, ¿no?

“Creo que eso es una leyenda urbana, porque en la cárcel trabajan cientos de personas de fuera del centro. Somos una parte más de la sociedad, y no somos nada herméticos”.

Gutiérrez ve como acciones clave las UTE y los módulos de respeto. / JAVIER GANIVET

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Los módulos de respeto, una “prioridad”

La Unidad Terapéutica Educativa (UTE), la de Madres y los denominados Módulos de Respeto son tres de los grandes proyectos de Instituciones Penitenciarias en las Islas. Según explica Ricardo Gutiérrez, el objetivo es “crear entornos normalizados, alejados de lo que es una prisión en sí”.

En estos momentos, en la cárcel Tenerife II hay una Unidad Terapéutica Educativa, en la que participan todo tipo de internos, así como tres módulos de respeto. Éstos comparten la misma filosofía, ya que “los internos llevan una convivencia normalizada, las celdas tienen las puertas abiertas y hay una cogestión entre profesionales y reclusos”, subraya Gutiérrez, quien asegura que en estos módulos hay ya más de 400 internos, en distintos niveles. “Nuestra prioridad máxima es potenciarlos y que sigan creciendo”, denota.

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