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Comercios contra viento y marea

   

Raquel Albelo y Dolores Morales, propietarias de sendas tiendas en Las Galletas, un barrio con un amplio y variado tejido comercial. / DA

VICENTE PÉREZ | Arona

Las Galletas se ha convertido en un foco comercial de Arona al que acuden no solo clientes de barrios circundantes, como El Fraile o Costa del Silencio, sino también de municipios vecinos. A ello se une la pujanza de los clubes de buceo, al ser un destino muy apreciado por los amantes de los fondos marinos; así como el muelle deportivo, sin olvidar el sector pesquero tradicional -origen de esta asentamiento urbano-, así como la proximidad de establecimientos turísticos en Costa del Silencio y Ten-Bel.

Sus cerca de 200 empresas resisten contra viento y marea (para algunas el oleaje no es metafórico) la crisis económica, al perder más de un 30% de ventas. Ahora, un grupo de empresarios, con apoyo del Ayuntamiento de Arona, está intentando afrontar la crisis con imaginación y nuevas ideas, y están dando pasos para crear una Zona Comercial Abierta.

Pero de nada sirven estas iniciativas si estos negocios no cuentan con un entorno agradable y seguro para el cliente. Y por ello, los empresarios han solicitado al Ayuntamiento una mejor limpieza viaria por las mañanas y mayor presencia policial, ante un repunte de la inseguridad ciudadana por robos, atribuidos a varias familias llegadas últimamente al barrio y que “cometen hurtos en comercios, piden dinero a los clientes, comen en las calles y malviven con venta ambulante ilegal”.

Una de las emprendedoras es Dolores Morales, miembro de la Asociación de Empresarios de Arona, que hace seis años abrió la tienda de bisutería y complementos Karat. Para ella, la peatonalización de calles hace una década fue un acierto, “pues le dio vida al pueblo y ha permitido que los comercios de esta zona estén mejor que los de algunas vías abiertas al tráfico”.

La crisis está siendo una dura prueba para todos, clientes y comerciantes. “Cuesta llegar a fin de mes, sobrevivimos a duras penas; la gente hace compras de inferior cuantía y adquiere productos más baratos, y hay menos ambiente en las calles; el bajón en las ventas supera el 30% en muchos negocios”, explica esta empresaria, quien pese a todo confía en las potencialidades de Las Galletas para seguir atrayendo visitantes, y “clientes incluso de Adeje o Tamaimo, o Valle San Lorenzo y Cabo Blanco”. Y es que, según destaca Dolores, “aquí tenemos todo tipo de comercios, con mucha variedad de productos y ahora lo que hace falta es mejorar el entorno comercial”.

En este sentido, esta empresaria, al igual que la asociación a la que pertenece, espera que un día puedan verse hechos realidad varios proyectos anunciados desde hace años para el litoral, como el paseo marítimo y la regeneración de Punta del Viento y Varadero; así como otro paseo hasta El Fraile y la ampliación de la playa de Las Galletas, alejando para ello del mar la carretera general; dos obras que además evitarían los destrozos que ahora causan en estas zonas el oleaje.

Dolores está esperanzada además con que llegue a buen puerto la prevista Zona Comercial Abierta. “Nos estamos reuniendo con el alcalde y con el concejal de Promoción Económica; es una idea que abarcaría todo el barrio, y así podríamos acogernos a subvenciones, tener un logotipo y cartelería propios; de hecho, en La Laguna, ha funcionado muy bien”, enfatiza.

Ella y otros muchos comerciantes se rebelaron este año contra el mercadillo instalado sin licencia y lograron su clausura.

Ofrecer actividades de ocio es otro de los objetivos de estos empresarios, y para la próxima Navidad preparan ya una campaña de actos en la calle, tras la buena acogida de La Noche Blanca o la Noche de Saldos.

A las pymes de la zona le preocupa la prevista implantación de grandes superficies comerciales en el Sur. “Nosotros creamos la mayoría del empleo y reinvertimos el dinero aquí; con estas grandes empresas se destruirán más puestos de trabajo que los que se creen”, advierten comerciantes de Las Galletas. Pese a todo, están dispuestos a luchar por su futuro y el del barrio.